La bullante industria de la carne de res de México está apuntando hacia los consumidores musulmanes de Oriente Medio en su búsqueda de alternativas para reducir la dependencia de las exportaciones a Estados Unidos.
La posibilidad real de una guerra comercial entre Estados Unidos y México durante el gobierno del presidente Donald Trump ha acelerado los esfuerzos de los productores de carne mexicanos para explorar mercados extranjeros alternativos a Estados Unidos, país que actualmente absorbe el 94 % de sus exportaciones por valor de casi 1.600 millones de dólares el año pasado.
Trump ha prometido redefinir los términos de los acuerdos comerciales con México y Canadá en beneficio de Estados Unidos. Las compañías mexicanas de carne de res temen que puedan ser arrastradas a una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre los tres países que les acabe perjudicando.
Esto ha provocado que las empresas se interesen por los mercados de Oriente Medio, donde la mayoría de la carne es importada de países no musulmanes, pero que requieren de animales que han de ser sacrificados por el método halal prescrito por la tradición islámica.
México, el sexto productor mundial de carne de vacuno, planea cuadruplicar las exportaciones de carne halal hasta los 50 millones de dólares anuales (20.000 toneladas) para finales de 2018, frente a los 12 millones (5.000 toneladas) que movió este mercado este año, según datos de la asociación ganadera mexicana AMEG .
El país debe construir 15 plantas certificadas para producir carne halal a finales del próximo año, frente a las seis actuales, según datos de AMEG.
Jesús Vizcarra, director ejecutivo y dueño de SuKarne, el mayor exportador de carne de México, asegura que su compañía ve un gran potencial para las ventas a los países de mayoría musulmana.
"Tenemos que buscar más mercados", dijo en una entrevista, señalando objetivos a corto plazo en Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Líbano.
"Hay una oportunidad en estos países de Oriente Medio ", dijo Vizcarra, que es conocido en México como el "Rey de la Carne de Vaca" hasta el punto de haberse jactado en varias ocasiones de haber nacido en un matadero.
En la extensa planta de Monarca de SuKarne, ubicada 435 km al oeste de la capital mexicana en el estado de Michoacán, más de 150.000 vacas pastan tras hileras de grano en sacos polvorientos.
La planta es la primera con la certificación halal de la compañía y a principios de este año comenzó sus primeros envíos a los mercados musulmanes.
La asociación de productores de ganado de México enviaron una misión comercial a Dubai y Qatar a finales de febrero para reunirse con posibles clientes, dijo Rogelio Pérez, principal funcionario comercial de AMEG.
Por su parte, inspectores de Emiratos Árabes Unidos visitarán México en junio después de que inspectores saudíes estuvieran en México en marzo, señala Pérez.
"Se fueron con un buen sabor de boca con respecto a los sistemas de producción mexicanos", dijo.
Las plantas deben ser certificadas como halal por terceras empresas dedicadas a ello, como la estadounidense Halal Transactions de Omaha o la emiratí RACS.
A principios de este año, Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, expresó interés por comprar carne de res mexicana por primera vez, aunque aún no se han cerrado acuerdos.
Las ventas mexicanas a los países musulmanes podrían reducir la cuota de mercado de la carne halal de los productores de carne de Estados Unidos y Brasil, según fuentes industriales y comerciales.
La industria de la carne de vacuno de México es capaz de crecer sus mercados de exportación debido a un exitoso impulso para cumplir con las exigentes normas de los Estados Unidos y modernizar el sector en las últimas dos décadas.
Esto ha puesto a los embaladores mexicanos en una posición fuerte para diversificarse lejos del mercado de los Estados Unidos.
"Fue nuestra gran fuerza hasta que llegó el presidente Donald, y ahora es nuestra principal debilidad", dice Bosco de la Vega, presidente del consejo estatal de agricultura de México, agregando que México debería limitar las exportaciones de carne a Estados Unidos a un máximo de la mitad del total.
Rusia también está considerando comprar grandes volúmenes de carne de res mexicana, y México también está tratando de expandir envíos a otros clientes potenciales como Japón y Corea del Sur.
"Estamos en el camino de la diversificación", dijo el ministro mexicano de Agricultura, José Calzada, a los periodistas. "Y no nos detendremos porque estos insultos de Estados Unidos hacia México nos han abierto los ojos"