El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dicho este martes durante su reunión con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que su país "no tolerará" la presencia de combatientes kurdos sirios en la región, pero sin criticar directamente la decisión estadounidense de proporcionarles armas.
En su reunión en la Casa Blanca, Trump elogió a Erdogan como un aliado importante en la "lucha contra el terrorismo" obviando la represión interna que ha llevado a cabo el gobierno de Erdogan después del fallido intento de golpe de Estado del verano pasado.
"Hemos tenido una gran relación y la tendremos aún mejor", dijo Trump en su aparición conjunta ante los medios.
Erdogan, por su parte, dijo que su visita "marcaría un giro histórico" y elogió las "especiales relaciones" entre ambas naciones.
Estas declaraciones parecen mostrar un tono excesivamente positivo considerando las tensiones surgidas en torno a la decisión de Washington de armar a la milicia siria kurda de las YPG, que Ankara considera como una extensión del ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), operativo en territorio turco.
Más tarde, manifestantes y policía tuvieron serios enfrentamientos frente a la residencia del embajador turco mientras Erdogan se encontraba en el interior, según informó la filial local de la televisión NBC. La cadena citó a un portavoz del departamento de bomberos diciendo que 10 personas tuvieron que ser llevadas al hospital, una de ellas con heridas graves, tras los disturbios.
Oficiales estadounidenses revelaron el pasado 9 de mayo la aprobación de Trump de los planes para abastecer de armas a las milicias de las YPG para ayudarlas en su avance hacia Raqqa, el bastión de Daesh en Siria.
Turquía ha sido un socio en la coalición liderada por Estados Unidos contra las fuerzas de Daesh. La alianza de Estados Unidos con Turquía ha demostrado ser crucial en la batalla contra Daesh en Siria, proporcionando a la coalición el acceso a la base aérea turca de Incirlik desde donde lanzar ataques aéreos contra los terroristas.
Erdogan se había comprometido a usar su encuentro en la Casa Blanca para intentar convencer a Trump de que cambiara de idea respecto a las milicias kurdas sirias. Ankara considera a las YPG -Unidades de Protección del Pueblo, en kurdo- como una extensión del PKK, grupo independentista armado que ha combatido al Estado en las regiones kurdas de Turquía desde 1984 y que es considerado oficialmente un "grupo terrorista" por Estados Unidos, Turquía y la UE.
"Apoyaremos a Turquía en su lucha contra el terrorismo y contra los grupos terroristas como ISIS y el PKK, y nos aseguraremos de que los terroristas no encuentren refugio", dijo Trump, usando un acrónimo para referirse a Daesh. "También apreciamos el liderazgo de Turquía en la búsqueda de un fin a la terrible matanza en Siria".
Las YPG funcionan en la práctica como las fuerzas militares de las regiones autónomas controladas por los kurdos en el norte de Siria, como consecuencia de la retirada de las autoridades estatales en 2011 como resultado del estallido de la guerra civil.
Estados Unidos considera a las YPG como un grupo distinto al PKK y como un valioso socio en la lucha contra Daesh.
La administración del predecesor de Trump, Barack Obama, había criticado la represión de Erdogan contra la prensa y la academia turcas tras el fracasado golpe de Estado de julio de 2016. Decenas de miles de ciudadanos turcos han sido detenidos y algunos partidarios de Erdogan buscaron culpar a Estados Unidos de la intentona de golpe.
El martes, Trump no mencionó nada relativo a la polémica política de Erdogan en relación a la disidencia y la libertad de expresión.
La visita de Erdogan se complicó aún más por los llamamientos de Turquía a Estados Unidos para que extradite al clérigo turco Fethullah Gulen, quien lleva varios años viviendo en un exilio en Pensilvania. Erdogan culpa a los partidarios de Gulen por el intento de golpe. Gulen ha negado su participación en el mismo.
El portavoz de Erdogan, Ibrahim Kalin, dijo en una declaración que los dos líderes discutieron "posibles medidas contra FETO", unas siglas referidas a lo que Ankara llama la "Organización Gulenista del Terrorismo", un término que utiliza para describir la red de Gulen. Kalin no especificó qué medidas se abordaron en este sentido.
Turquía también ha expresado su preocupación por un caso penal contra Reza Zarrab, un ciudadano con doble nacionalidad turca e iraní, arrestado el año pasado en EE.UU y acusado de ayudar a Irán a procesar millones de dólares en transacciones que vulneraban las sanciones estadounidenses contra Teherán.