Las fuerzas de seguridad de Bahrein dispararon y mataron ayer al menos a un manifestante durante una operación de seguridad que incluyó una incursión en el hogar del líder espiritual chií del reino.
El ayatolá Isa Qassim no se encuentra entre las 50 personas arrestadas durante la incursión, pero es probable que la medida aumente las tensiones en Bahrein, tan sólo dos días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, dijera que la relación de Washington con la monarquía sunní -con un controvertido registro en materia de derechos humanos- pudiera mejorar.
La operación, desarrollada en la localidad de Diraz, se ha justificado en datos de la inteligencia bahreiní de que varios fugitivos relacionados con actos graves de terrorismo y el asesinato de un policía se albergaban en la aldea.
Dijo a Reuters un oficial de seguridad, agregando que seis personas en busca y captura fueron arrestadas en la casa del clérigo en el pueblo.
Qassim se enfrenta a la expulsión del reino después de que las autoridades revocaran su derecho de ciudadanía el año pasado por supuestos vínculos con Irán y fomento de la violencia, cargos que el líder chií ha negado.
Activistas de derechos humanos dicen que la medida para revocar la ciudadanía de Qassim es parte de una ola de represión más amplia por parte del reino gobernado por la dinastía sunní de los Al-Jalifa sobre la oposición musulmana mayoritariamente chií, que viene exigiendo una mayor participación en la política nacional.
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Los activistas dijeron que una persona identificada como Mohammed Zein Al-Deen fue tiroteada y asesinada por disparos de las fuerzas del orden, agregando que más de 100 personas resultaron heridas o sufrieron daños por inhalación de gas lacrimógeno, algunas con graves consecuencias.
La operación se lleva a cabo dos días después de que un tribunal de Bahrein condenara a Qassim por corrupción financiera y le condenara a una pena de prisión de un año, si bien la fuente de seguridad aseguró que la operación no iba dirigida contra el clérigo.
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