El movimiento político-religioso marroquí Justicia y Caridad, el grupo islamista opositor más grande del país, ha pedido la liberación de los presos del Rif y el cumplimiento de sus demanda en el contexto de las protestas en la región desde hace más de 6 meses.
El grupo pidió en una entrevista para la Agencia Anadolu publicada el domingo “ la pronta la liberación de los presos así como la anulación de los procesos judiciales contra los activistas del Movimiento”.
Las autoridades marroquíes han detenido en los últimos días a unas 20 personas activistas del llamado Movimiento Popular de Alhucemas, y en numerosas ciudades del Rif, bajo la acusación de “amenazas a la seguridad y la unidad del Estado” y “financiación extranjera”.
El grupo islamista condenó lo que denominó “instrumentalización de la mezquita y el empleo de predicadores para lanzar proclamas políticas con el objetivo de acallar las demandas ciudadanas y los derechos legítimos”.
“Seguimos de cerca el desarrollo de lo acontecido en el Rif aunque con asombro, ya que las autoridades no tratan con suficiente seriedad las demandas legítimas de los ciudadanos expresadas de maneras diferentes, todas pacíficas, en los últimos meses”.
Las protestas populares han continuado en diferentes ciudades y pueblos de Marruecos, especialmente en las provincias de Alhucemas y Nador, también durante este mes de Ramadán, donde tras la oración de la noche los manifestantes volvieron a salir a la calle.
Las manifestaciones han tomado un cariz diferente tras la detención del líder del Movimiento Rifeño Nasser Zefzafi, junto a otros 20 militantes del Movimiento Popular.
Los manifestantes corearon, de acuerdo con lo que fue transmitido en las cuentas Facebook de activistas, consignas exigiendo la liberación de los detenidos, el levantamiento de lo que llaman la marginación y la "militarización" de sus provincias.
Una declaración de la apelación de la Fiscalía de Alhucemas recordaba ayer por la tarde que la policía judicial "ha arrestado el viernes a 20 personas acusadas de haber cometido delitos y faltas que afectan a la seguridad interna del Estado y otros actos suceptibles de ser crímenes según la ley."
La oleada de protestas se inició después de la muerte del comerciante de pescado Mohsen Fikri, que murió triturado en un camión de recogida de residuos, mientras trataba de evitar la confiscación de su mercancía hace unos meses. A día de hoy, marchas de protesta continúan en la región exigiendo el fin de la marginación a la que consideran que se encuentran sometidos por parte del poder central.
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