Los sucesivos gobiernos israelíes han invertido hasta 20.000 millones de dólares en la construcción de asentamientos ilegales en la Cisjordania ocupada desde 1967, según estimaciones de la ONG israelí del Macro Centro para Economías Políticas.
Esta enorme inversión de Israel en asentamientos en los últimos 50 años ha hecho que la retirada del terreno palestino sea una propuesta muy arriesgada, advierte el centro.
La estimación no incluye el conste de la construcción de asentamientos exclusivamente judíos en Gaza o los costes adicionales de mantener a los 600.000 ciudadanos israelíes en la Cisjordania ocupada; ambos datos aumentarían la cifra total en una cantidad importante.
No hay una cifra oficial para el gasto total israelí en asentamientos judíos en los últimos 50 años; sin embargo, cada año, el ministerio de financias publica números parciales, que suman 3.500 millones de dólares en los 12 años previos a 2015, si bien esta suma no incluye las inversiones previas a 2003.
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Se cree que Israel ha invertido 15.200 millones de dólares tan sólo entre 1988 y 2015 y, según la ONG, la superficie total de construcción de asentamientos en Cisjordania se ha duplicado en 18 años.
Aunque los asentamientos son ilegales según la ley internacional, ningún gobierno israelí ha dado la espalda a los colonos que viven en barrios exclusivos y de alta seguridad en un territorio que supuestamente está destinado a formar parte de un futuro Estado palestino.
La tesorería israelí también apoya el proyecto de ley para los subsidios gubernamentales e incentivos financieros que reciben los colonos: de media, se cree que un colono recibe el triple en subsidios públicos que un residente del Israel dentro de sus fronteras previas a 1967.
Algunos argumentan que esta carga ha contribuido a profundizar la desigualdad social en Israel, ya que el dinero se destina a los asentamientos y su defensa a expensas de los gastos sociales.