Portuguese / Spanish / English

Oriente Medio cerca de usted

Puede que los saudíes hayan comprado nuestras armas, pero no debieron haber comprado nuestro silencio

La Primera Ministra del Reino Unido, Theresa May, se reúne con el rey saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud en Riad, Arabia Saudí, el 5 de Abril de 2017. (Bandar Algaloud / Consejo del Reino de Arabia Saudí/ Agencia Anadolu)

Tenemos que hablar sobre Arabia Saudí. No lo haremos, porque es algo que los gobiernos británico y estadounidense se niegan a hacer, aunque hablan sin parar y reprenden a sus respectivas comunidades musulmanas por “no hacer lo suficiente” para enfrentarse al terrorismo.

Ahora ha salido a la luz que existe un amplio informe acumulando polvo en una estantería de Westminster que analiza la financiación extranjera de grupos extremistas en Reino Unido. La investigación fue encargada originalmente por el entonces primer ministro británico, David Cameron, como parte de un acuerdo con los Demócratas Liberales en diciembre de 2015, a cambio del apoyo del pequeño partido de la coalición a la extensión de los ataques aéreos británicos contra el Daesh en Siria.

Este informe debería haberse publicado a principios de 2016, pero se rumorea que su contenido es “demasiado sensible”, ya que gran parte se centra en el Reino de Arabia Saudí, así que lleva olvidado en una estantería desde entonces. El reino recibió hace poco la visita de la primera ministra Theresa May; quizá se acuerden de que volvió de su viaje con un acuerdo de armas de 3.500 millones de libras bajo el brazo.

Leer: La verdadera razón por la que Theresa May ha visitado Arabia Saudí

Algo parecido sucedió hace varios años cuando otro lucrativo comprador de armas, Emiratos Árabes Unidos, incitó al gobierno de Cameron a compilar un informe sobre los Hermanos Musulmanes. Las expectativas de Emiratos era que el movimiento islamista fuese expuesto como una misteriosa red internacional vinculada con actividades terroristas en Occidente. Por desgracia para EAU, sus esperanzas se desvanecieron cuando el informe exoneró por completo a los Hermanos de cualquier actividad criminal y, por lo tanto, según la mejor tradición de la democracia británica, Cameron apartó el informe en un rincón de Whitehall, con la esperanza de que quedase olvidado. Pero no se olvidó, y la verdad salió a la luz para el enfado de los saudíes, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, que en los últimos años han demonizado el movimiento a cada oportunidad.

Así que, cuando Theresa May se pone enfrente del número 10 de Downing Street y afirma que no nos estamos tomando en serio la radicalización de Reino Unido y que “las cosas tienen que cambiar”, es difícil estar de acuerdo. Las cosas tienen que cambiar, y el gobierno británico debe empezar por no ocultar datos y publicar el informe sobre la financiación terrorista.

La primera ministra continuó diciendo que existe “demasiada tolerancia frente al extremismo en nuestro país” y, de nuevo, muchos estarían de acuerdo; sin embargo, la tolerancia está en Westminster y no dentro de las comunidades musulmanas de Reino Unido. Por el bien de los petrodólares, el gobierno británico actual está dispuesto a hacer oídos sordos a las ideologías extremistas que se impulsan y financian en Arabia Saudí.

Activistas británicos pro derechos humanos protestan contra la venta de armas a Arabia Saudí [Campaña contra el comercio de armas / Flickr]

La opinión pública, que incluye a los musulmanes, ha demostrado que está muy lejos de ser tolerante con el extremismo. Por ejemplo, ahora sabemos que varios ciudadanos preocupados contactaron con la policía y las líneas telefónicas antiterroristas acerca del comportamiento del joven terrorista de Manchester mucho antes de que perpetrara el ataque en un concierto de pop en el norte de Inglaterra. Y ahora están saliendo a la luz varias noticias sobre llamadas similares acerca del comportamiento de al menos uno de los tres terroristas del Puente de Londres que causaron estragos en el corazón de la capital durante ocho minutos la noche del domingo, asesinando a 7 personas e hiriendo a docenas.

Eche otro vistazo, Sra. May, y se dará cuenta de que el pueblo británico está haciendo su parte. Es más, mientras que la policía puede haber fallado varias veces a la hora de recibir estas llamadas, sus líderes se han quejado de que la llamada “delgada línea azul” se está extendiendo hasta el punto de romperse tras los tremendos recortes impuestos por la anterior ministra del Interior; una tal Theresa May. Realmente tenemos que hablar, primera ministra; ahora es más urgente que nunca que se siente a hablar sobre Arabia Saudí y sus aliados en la región.

Leer: La conferencia de la vergüenza y la desgracia

Quizás este mensaje ha llegado a Riad y, fiel a su forma, ha hecho un ataque preventivo. En las últimas 24 horas, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos han roto sus relaciones con Qatar en lo que se ha descrito como la peor crisis diplomática en la región en décadas.

Recuerden que los tres países del Golfo y Egipto, que ayudaron a engatusar al gobierno de Cameron para realizar el informe sobre los Hermanos Musulmanes, han acusado a Qatar de apoyar al “terrorismo” y de desestabilizar la región. Qatar, que comparte su única frontera terrestre con Arabia Saudí, ha rechazado las acusaciones, tachándolas de “injustificadas” e “infundadas”.

De alguna manera, esta respuesta de Arabia Saudí y sus aliados es el tipo a la que nos hemos acostumbrados a recibir de la Casa Blanca. Cuando se acusa a Donald Trump de algo, simplemente acusa a sus acusadores de lo mismo y grita “¡información falsa!” Vemos este mismo tipo de victimismo en Tel Aviv, que ahora se jacta de su amistad con el reino saudí. Tal vez en la alianza profana que se ha formado entre Washington, Tel Aviv y Riad, la estrategia a seguir es hacer creíble lo increíble.

Todo parece divertido para los observadores políticos de Occidente, pero no es ningún juego. En Manchester, 22 jóvenes perdieron la vida en un ataque terrorista y, hace unos días, en Londres, siete personas fueron asesinadas y la vida de más de 20 pende de un hilo. Anteriormente, un policía fue asesinado en los terrenos del Palacio de Westminster a manos de otro maniaco con un cuchillo que ya había asesinado a cuatro personas tras chocar su coche contra una multitud en el Puente de Westminster.

Mientras tanto, en Oriente Medio y Asia estas atrocidades terroristas se han convertido en una realidad casi diaria. No debemos aceptar que el dolor que sienten las familias que han perdido a sus seres queridos en Irak o Siria sea menos que el que sufren los que han perdido a alguien en las atrocidades de Manchester y Londres.

Leer: En tiempos de terrorismo, los líderes mundiales ponen sus intereses por encima de sus ciudadanos

Hace pocos días casi 100 personas fueron asesinadas en el borde de la zona diplomática de Kabul tras un ataque suicida con una bomba tan grande que incluso los afganos, cansados de la guerra, se quedaron sin aliento por su tamaño y su poder de destrucción. A este tremendo ataque le siguió otro en el funeral de una de las víctimas al día siguiente, en el que murieron otras siete personas y 120 resultaron heridas en tres explosiones. El aumento repentino de los ataques en Kabul tras varios años de relativa seguridad supone una gran amenaza para el gobierno, la economía y la sociedad civil afganas.

Nadie dice que Arabia Saudí o sus aliados estén detrás de los recientes acontecimientos, pero si un país se está metiendo en los asuntos de otros financiando el terrorismo o apoyando una ideología deformada que conduce a la radicalización y su manifestación en las calles de Gran Bretaña, la gente tiene derecho a saberlo. El poder y la riqueza no deberían dictar la reacción de Occidente frente al terrorismo.

No importa lo desagradable que sea el contenido del informe del gobierno sobre la financiación del extremismo, necesitamos verlo y tenemos que discutir la relación de Reino Unido con algunos de sus aliados de Oriente Medio, incluido el Reino de Arabia Saudí. Puede que Riad haya comprado nuestras armas, pero no debieron haber comprado nuestro silencio.

Categorías
Arabia SauditaArtículosArtículos de OpiniónAsia y AméricaOriente MedioRegiónReportajes y AnálisisUS
Show Comments

La periodista y autora británica Yvonne Ridley ofrece análisis políticos sobre asuntos relacionados con el Oriente Medio, Asia y la Guerra Mundial contra el Terrorismo. Su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones de todo el mundo, de Oriente a Occidente, desde títulos tan diversos como The Washington Post hasta el Tehran Times y el Tripoli Post, obteniendo reconocimientos y premios en los Estados Unidos y el Reino Unido. Diez años trabajando para grandes títulos en Fleet Street amplió su ámbito de actuación a los medios electrónicos y de radiodifusión produciendo una serie de películas documentales sobre temas palestinos e internacionales desde Guantánamo a Libia y la Primavera Árabe.

Show Comments

Mantente actualizad@

Subscríbete para recibir nuestros boletines