Las principales potencias del mundo árabe cortaron el lunes sus relaciones diplomáticas con Qatar debido a su supuesto apoyo a grupos islamistas y a Irán, reabriendo la herida dos semanas después de que el presidente estadounidense Donald Trump urgiera a los Estados musulmanes a que combatieran el terrorismo.
Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin rompieron las relaciones diplomáticas con Qatar en un movimiento coordinado. Yemen, el gobierno de Libia del este -vinculado al general Jalifa Haftar- y las Maldivas se unieron más adelante. Los enlaces de transporte se han cerrado, causando escasez de suministros.
Qatar, una pequeña nación peninsular de apenas 2,5 millones de habitantes, denunció que esta acción está basada en mentiras que sostienen que su país ha apoyado al terrorismo. El pequeño sultanato del Golfo ha sido acusado varias veces de ser una fuente de financiación para los islamistas, al igual que Arabia Saudí.
Irán, enemistado con Arabia Saudí y objetivo secundario de estos acontecimientos, culpó de lo sucedido a la visita el mes pasado de Trump a Riad y pidió que ambas partes superen sus diferencias.
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“Lo que está sucediendo es el resultado de la danza de espadas”, twitteó Hamid Aboutalebi, jefe del gabinete del presidente iraní, Hassan Rouhani, refiriéndose a cuando Trump participó en el baile tradicional de espadas con el rey saudí durante su reunión.
Cortando todos sus pasos comerciales con Qatar, los tres estados del Golfo les han dado dos semanas a todos los residentes y visitantes qataríes para marcharse, y Arabia Saudí, Bahréin y Egipto han prohibido el aterrizaje de aviones qataríes y también que atraviesen su espacio aéreo.
Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí han suspendido las exportaciones de azúcar blanco a Qatar, un posible golpe para los consumidores durante el mes sagrado del Ramadán, cuando la demanda es muy alta. Algunos de los ciudadanos de Qatar han comenzado a almacenar alimentos y suministros, según declara un expatriado.
“La gente se ha lanzado a los supermercados para amontonar alimentos, especialmente los importados… Es un caos – Nunca había visto nada igual”, contó a Reuters Eva Tobaji, una residente inmigrante en Doha.
Los problemas con los suministros se han comenzado a producir rápidamente. Dos fuentes comerciales de Oriente Medio referían ayer miles de camiones de alimentos atrapados en la frontera saudí, incapaces de cruzar la única frontera terrestre hacia Qatar.
Alrededor del 80% de las necesidades alimentarias de Qatar se obtienen a través de importaciones provenientes de sus vecinos más grandes del Golfo árabe. Varias fuentes comerciales señalaron la posibilidad de que la escasez de suministros siga en aumento en Qatar hasta que se alivie la crisis dipomática.
Sin embargo, junto con Egipto, tanto Emiratos como Arabia Saudí podrían ser vulnerables a represalias, ya que dependen en gran medida de Qatar para su consumo de gas natural licuado.
Estados Unidos ha pedido una resolución rápida del conflicto, declarando que sus alianzas con las naciones del Golfo son vitales.
“Todas nuestras alianzas en Golfo son muy importantes y contamos con que las partes encuentren la manera de resolver sus diferencias más pronto que tarde”, declaró un oficial del Departamento de Estado.
El ejército estadounidense ha afirmado que no han notado ningún impacto en sus operaciones en la zona del Golfo, cuyo objetivo es, principalmente, bloquear a Irán; y han añadido que agradecían el apoyo de Qatar a la presencia estadounidense en la región y su compromiso con la seguridad regional.
El conflicto diplomático amenaza el prestigio internacional de Qatar, que cuenta con una gran base militar estadounidense y que se espera que sea la sede del Mundial de Fútbol de 2022.
La FIFA declaró el lunes que estaba en “contacto regular” con el comité organizador de Qatar 2022, pero no realizaron declaraciones sobre la situación diplomática.
El tono agresivo contra Teherán y el terrorismo que empleó Trump en su visita a Riad en su reunión con más de 50 líderes musulmanes se considera la causa que ha sentado las bases de esta crisis diplomática.
“Existe un cambio en el equilibrio de poder en el Golfo debido a la nueva presidencia: Trump se opone duramente al islam político y a Irán”, dijo Jean-Marc Rickli, jefe de riesgo global y resiliencia en el Centro de Ginebra para la Política de Seguridad.
“Está totalmente en la onda de Abu Dhabi y Riad, pero no quiere ningún compromiso con Irán o con el islam político promovido por los Hermanos Musulmanes.”
El apoyo de Qatar a los islamistas se remonta a la decisión del padre del actual emir de poner fin a una tradición de deferencia automática a Arabia Saudí, la principal potencia del Golfo Pérsico, y forjar la mayor cantidad posible de alianzas autónomas.
Durante años, Qatar se ha presentado como un mediador de las muchas disputas de la región. Pero Egipto y los Estados del Golfo Pérsico critican con dureza el apoyo de Qatar a los islamistas, especialmente a los Hermanos Musulmanes, organización a la que consideran un enemigo político.
Los grupos de los Hermanos Musulmanes aliados con Doha están ahora de capa caída en la región, sobre todo después de que el golpe de Estado militar de 2013 en Egipto expulsara al presidente islamista elegido en las elecciones.
El ex jefe del ejército y ahora presidente, Abdel Fattah al-Sisi, junto con los aliados de El Cairo en Arabia Saudí y los EAU, incluyó a los Hermanos Musulmanes en su lista de organizaciones terroristas. Los Hermanos lo niegan, defendiendo que sólo apoyan políticas pacíficas.
El lunes, Arabia Saudí acusó a Qatar de apoyar a grupos militantes y de difundir su ideología, una aparente referencia al influyente canal de televisión estatal de Qatar, Al Jazeera.
Este mismo día, el reino cerró la oficina saudí de Al Jazeera. “(Qatar) respalda a varios grupos terroristas y sectarios que pretenden perturbar la estabilidad de la región, incluidos los Hermanos Musulmanes, ISIS (Daesh) y Al-Qaeda”, declaró la agencia estatal saudí de noticias SPA.
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Al Jazeera defiende que es un servicio de noticias independientes que da voz a todas las personas de la región.
Riad también ha acusado a Qatar de apoyar a los que describió como militantes respaldados por irán en la región oriental de Qatif, en Arabia Saudí, poblada principalmente por musulmanes chíitas, así como en Bahréin.
Qatar también ha sido expulsado de la coalición saudí que lucha en la guerra de Yemen.
La agencia estatal de noticias de Egipto declaró que la política de Qatar “amenaza la seguridad nacional árabe y siembra las semillas del conflicto y la división de las sociedades árabes, de acuerdo a un plan en contra de la unidad y los intereses de la nación árabe.”
Qatar niega haber intervenido en los asuntos internos de otros países.
“La campaña de incitación se basa en mentiras que han llegado al punto de ser completas invenciones”, dijo en un comunicado el ministro de exteriores qatarí.
Turquía también ha pedido que se abra un diálogo para resolver la disputa, y un portavoz del gobierno afirmó que el presidente Tayyip Erdogan está buscando una solución diplomática para el conflicto.
Sudán expresó su preocupación respecto a la disputa y se ofreció para mediar entre todas las partes.
“El ministro de exteriores (sudanés) desea expresar su profunda preocupación sobre este desafortunado suceso entre Estados árabes hermanos, cercanos al pueblo sudanés”, declaró el Ministerio en un comunicado.
Una división entre Doha y sus aliados más cercanos podría tener repercusiones en todo Oriente Medio, donde los Estados del Golfo han utilizado su poder financiero y político para influir sobre los acontecimientos de Libia, Egipto, Siria, Irak y Yemen.
La crisis económica ya estaba golpeando en el país, ya que Ethihad Airways, de Abu Dhabi, Emirates Airlane, de Dubai, y las aerolíneas de bajo coste Flydubai y Air Arabia declararon que suspenderían todos los vuelos procedentes o con destino Doha indefinidamente a partir de la mañana del martes.
Qatar Airways dijo en su web oficial que había suspendido todos los vuelos a Arabia Saudí. Muchos aeropuertos del Golfo, incluidos los de Qatar, son puntos principales para la conexión de vuelos internacionales.
El índice bursátil de Qatar cayó un 7,3%. Algunos bancos egipcios han declarado que han suspendido su trato con los bancos qataríes.
Las medidas están siendo más severas que durante una disputa previa de ocho meses en 2014, cuando Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha, alegando el apoyo qatarí a ciertos grupos militantes. En aquella ocasión no se expulsó a los qataríes ni se suspendieron los vínculos de transporte entre los estados.
Kuwait, el país vecino, ha mediado en la disputa, y su emir, el jeque Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah, instó al gobernante de Qatar que calmara las tensiones y que se abstuviera de empeorar la situación, según ha declarado la agencia estatal de noticias de Kuwait, Kuna.
Al-Sabah pidió al qatarí Tamim bin Hamad bin Khalifa Al-Thani que se esforzara por calmar la situación y superara sus diferencias con las demás partes, unas pocas horas antes de que Khalid Al-Faisal, asesor del rey saudí, visitara Kuwait.