El ministro iraní de Asuntos Exteriores ha condenado las declaraciones de la Casa Blanca sobre el atentado terrorista de ayer en Teherán, en las que se acusaba a Irán de financiar el terrorismo, tachándolas de ‘repugnantes’.
El comunicado transmitía que el presidente estadounidense, Donald Trump, rezaba por las víctimas y daba su pésame, pero advertía de que ‘los Estados que financian el terrorismo se arriesgan a ser víctimas del mal que promueven.’
Javad Zarif, ministro de Exteriores iraní, respondió tuiteando que los atacantes estaban ‘respaldados por clientes de EE.UU.’ y que Irán y su pueblo ‘rechazan tales afirmaciones de amistad’.
El tweet insinuaba una referencia a Arabia Saudí y a otros aliados estadounidenses en el Golfo, y se vincula con la afirmación de la Guardia Revolucionaria Iraní de que Arabia Saudí está detrás del atentado y que promete vengarse.
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El propio Javad Zarif twitteó previamente: “Los déspotas que patrocinan el terrorismo amenazan con llevar la lucha a nuestra patria. Los mercenarios atacan lo que más desprecian sus amos: el asiento de la democracia”, señalando a la supuesta financiación saudí a los grupos extremistas de la oposición siria sunní, rivales de las milicias chiíes que respalda Irán.
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En el atentado de ayer, varios terroristas del Daesh asaltaron el edificio del parlamento y el santuario del fundador de la República Islámica de Irán, el ayatolá Ruhollah Jomeini. Se ha informado de que los atacantes son de origen iraní, y que habían viajado a Mosul, Irak, para unirse al Daesh. Regresaron el pasado verano para planear y realizar atentados contra objetivos iraníes y lugares sagrados chiíes. Diecisiete personas fueron asesinadas en el atentado y 52 resultaron heridas. Todos los militantes fueron abatidos excepto una terrorista que fue capturada.
Las declaraciones y tweets hostiles llegan en medio de un momento turbulento para las relaciones entre Estados Unidos e Irán, ya que, últimamente, Trump ha dejado clara su preferencia y su apoyo a Arabia Saudí como aliado regional en lugar de Irán, que había experimentado un acercamiento a EE.UU. durante la etapa de Obama.