El pasado sábado 10 de junio, varios colectivos y asociaciones (la Agrupación Islámica de Granada y el colectivo Cultura sin Rechazo y otras entidades colaboradoras Ayuntamiento y Fundación Euroárabe) convocaron en la sureña ciudad de Granada, Sello de la Unidad de España, un encuentro en el que animaban a personas de todas las confesiones a participar en un desayuno colectivo, con motivo del mes de ramadán, en los Jardines del Triunfo, un céntrico parque de la capital nazarí.
El acto, al que acudieron decenas de personas, ciudadanos y ciudadanas de Granada que no poseen otro pasaporte que el del primer mundo, el del territorio shengen, se desarrolló en paz y armonía. Pero en una ciudad donde cada año se celebra con manifestaciones y liturgias el primer genocidio europeo contra población nazarí de confesión no-católica hace 525 años ( Toma de Granada) la paz y la armonía pluriconfensionales podían durar como mucho bien poco.
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Y es que desde la colocación de una pancarta en el susodicho parque de parte del Ayuntamiento de la ciudad ( actualmente del PSOE) felicitando a los musulmanes ( ESPAÑOLES Y NO ESPAÑOLES) por el mes de Ramadán comenzaron a aparecer mensajes cargados de intolerancia e islamofobia, en las redes sociales pidiendo respeto, tanto a la Virgen de la Inmaculada, una estatua que preside la plaza, como a los granadinos cristianos, ateos y en resumen, no musulmanes.
Aunque lo más significativo y representativo de la ciudad, Sello de la Unidad de España, han sido los comentarios de los políticos y los artículos tan faltos de rigor de ciertos medios locales, cuya imparcialidad brilla por su ausencia desde antaño.
La portavoz del grupo municipal popular, Rocío Díaz, considera una falta de respeto hacia miles de granadinos la celebración pública del ramadán, se habrá olvidado la señora de que otros tantos miles de granadinos son musulmanes y participaron con gusto y sin sarna en la comida y las actividades realizadas. Aprovecho para recordar que las procesiones carecen de "neutralidad absoluta" en asuntos religiosos.
Por su parte, el diputado de Ciudadanos por Granada y ex senador socialista, Luis Salvador en su cuenta de Twitter publicó un mensaje diciendo que era intolerable que el Ayuntamiento de la ciudad permitiese la celebración del ramadán a los pies de la estatua de la Inmaculada Concepción. Me gustaría conocer el idioma de las piedras para preguntarse al monumento de la Inmaculada Concepción, establecido en los jardines alrededor del año 1619, qué le molestó más si el asesinato en la misma plaza de Mariana Pineda a manos de la Santa Iglesia Católica o una merendola de los granadinos. No es que yo no sepa la respuesta es para decírsela al señor Luis Salvador.
El Partido Socialista Obrero Español que actualmente gobierna en Granada también se ha pronunciado al respecto de la mano de Jemima Sánchez, Concejala Delegada de Derechos Sociales, Educación y Accesibilidad del Ayuntamiento de Granada quien en su perfil de Facebook y defendiéndose de las acusaciones de la oposición escribió “la multiculturalidad nunca puede ser una amenaza, es un valor añadido”. Agradezco la buena intención de la concejala pero ha de permitirme que le informe de que en el Estado Español, cultura hay solo una y es la emanada de los libros de texto, la televisión y los noticieros del Estado, lo que conviven en el territorio son religiones diferentes, lenguas diferentes y hasta colores, pero cultura solo hay una y es la hegemónica.
España, la identidad española, fue fundada en 1492. El mito fundacional de la nación de la Península Ibérica es la eliminación de todo aquello que se susceptible de parecer islámico o por lo menos no católico por eso 525 años después sigue siendo tan difícil de entender que ser MUSULMÁN/A y ESPAÑOL/A no es ni excluyente ni contradictorio.