El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, advirtió ayer a los vecinos del norte de Israel, Líbano y Siria, que no "pongan a prueba" a Tel Aviv, después de que varios cohetes cayeran en los Altos del Golán desde Siria la semana pasada, según informó el Jerusalem Post.
"No tenemos intención de entrar en ningún conflicto, pero aconsejo a nuestros vecinos que no nos pongan a prueba", declaró Lieberman a periodistas militares durante una reunión de información en el cuartel militar de Kirya, en Tel Aviv.
El sábado, dos misiles de mortero provenientes de Siria impactaron cerca de una valla de seguridad en los Altos de Golán, la región siria ocupada por Israel desde 1967. Se cree que se trata de proyectiles perdidos usados durante los combates en Siria. No causaron lesiones ni daños materiales de importancia.
Aunque el ministro israelí señaló que no veía ninguna posibilidad de escaladas militares en la frontera norte de Israel, afirmó que "al menor incidente o error de cálculo" por cualquiera de las partes, Israel actuaría de inmediato.
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"No toleraremos ningún desajuste en nuestro territorio", advirtió.
En cuanto a la situación militar de Siria, Lieberman subrayó que la oposición siria "no son nuestros amigos", agregó, pero Israel está dispuesto a aceptar cualquier alto al fuego en Siria que no involucre a Irán, Hezbollah o el presidente sirio Bashar al-Assad.
"No podemos permitir a un hombre como Assad, que mata a sus propios ciudadanos y que usa armas químicas contra ellos que permanezca en el poder", declaró el funcionario israelí, señalando que "mantener a Assad en el poder no está en nuestros intereses de seguridad. Mientras él esté en el poder, Irán y Hezbollah estarán en Siria".
Advirtió que Israel "no tolerará ninguna presencia iraní en la frontera, y seguirá actuando en su contra".