El Departamento de Estado de Estados Unidos ha asegurado estar cada vez más preocupado por el hecho de que la disputa entre Qatar y los estados árabes se encuentre en un callejón sin salida y ha expresado sus temores de que la crisis pueda prolongarse durante mucho tiempo o intensificarse.
Subrayando la preocupación de EE.UU. ante la crisis que involucra a sus aliados clave en Oriente Medio, el secretario de Defensa, Jim Mattis, destacó la importancia de aliviar las tensiones en una conversación telefónica con el ministro de Estado para Asuntos de Defensa de Qatar, Khalid al-Attiyah.
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Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin rompieron relaciones diplomáticas con Qatar el mes pasado y lanzaron una campaña para boicotear al estado productor de gas, al que acusan de apoyar el terrorismo y de aliarse con su enemigo regional, Irán.
Qatar niega los cargos y ha acusado a los cuatro países de cometer una "clara agresión".
"Seguimos muy preocupados por la situación en curso entre Qatar y los países del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo)", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en una reunión informativa.
“Nos preocupa cada vez más que esa disputa se halle en este momento en un punto muerto. Creemos que esto podría durar semanas. Podría durar meses. Incluso podría intensificarse,”
dijo.
Mattis discutió en su llamada a Attiyah el estado de las relaciones entre los estados del Golfo y "la importancia de desacelerar las tensiones", dijo el Pentágono en un comunicado.
Los dos funcionarios "reafirmaron la colaboración en seguridad estratégica" entre sus países y Mattis hizo hincapié en la importancia de las contribuciones de Qatar a la coalición liderada por Estados Unidos que lucha contra Daesh.
Qatar alberga la mayor base aérea estadounidense de la región.
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El conflicto entre Arabia Saudí y sus aliados contra Qatar se abrió días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, se entrevistara en mayo con algunos líderes árabes en Riad y pidiera unidad contra Irán y los grupos extremistas de militantes islamistas radicales.
Trump habló el domingo de la crisis en las llamadas telefónicas con los líderes de Arabia Saudí y Qatar, así como con el príncipe heredero de Abu Dhabi, reiterando la importancia de "detener la financiación del terrorismo y desacreditar la ideología extremista", según la Casa Blanca.