Los enfrentamientos entre facciones rivales de Libia al este de Trípoli continúan por segundo día consecutivo desde el lunes, manteniendo cerrada la carretera costera y haciendo imposible que los residentes regresen a sus hogares, según informó un portavoz del consejo municipal local.
Los combates comenzaron el pasado domingo, cuando grupos armados se enfrentaron a las fuerzas de gobierno del gobierno respaldado por la ONU en Trípoli, donde se encontraron con la resistencia de facciones rivales que se han posicionado junto al gobierno.
Esta es la última de una serie de ataques de grupos opositores armados del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), que han continuado a pesar de los intentos del GNA de ganarse la cooperación de las milicias que operan en la ciudad y de calmar los episodios de violencia dentro o cerca de la capital.
"En este momento podemos oír fuertes disparos", declaró Al-Shareef Jaballah, un portavoz del municipio de Garabulli, a unos 50 kilómetros de Trípoli, en conversación telefónica con Reuters poco después del mediodía.
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"Los enfrentamientos han provocado graves daños a las casas y tiendas debido a los bombardeos indiscriminados, y han obligado a huir a un gran número de residentes", dijo Jaballah.
"La carretera de la costa sigue cerrado. Los residentes que han huido de sus casas están atrapados por el cierre de la carretera".
El Ministerio de Salud libia confirmó más tarde que al menos cuatro personas, entre ellas dos trabajadores extranjeros, habían muerto y 21 resultaron heridas durante los dos días de intensos combates.
El GNA ha luchado por imponer su autoridad desde su instauración en Trípoli en marzo del año pasado. Sin embargo, el ejecutivo de consenso ha sido rechazado por las facciones que controlan el este de Libia, donde el comandante militar Khalifa Haftar ha estado consolidando su posición y situando alcaldes nombrados por los militares.
Como las temperaturas han subido este mes, partes de la parte occidental de Libia han estado sufriendo una vez más cortes de electricidad y agua, por lo que los residentes han criticado la actuación del GNA por no resolver la crisis de suministros.