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Israel encarcela a la diputada socialista Khalida Jarrar sin cargos ni juicio (otra vez)

Poco más de un año después de ser liberada de una cárcel israelí, la diputada palestina Khalida Jarrar, del Frente Popular para la Liberación de Palestina, languidece de nuevo entre reajs.
Israel detiene a la parlamentaria palestina Khalida Jarrar

Poco más de un año después de ser liberada de una cárcel israelí, la diputada palestina Khalida Jarrar languidece de nuevo entre rejas.

Fue detenida a principios de julio por las fuerzas de ocupación israelí. Esta semana, un comandante del ejército israelí ha ordenado que sea encarcelada durante seis meses.

Sin cargos ni juicio. Lo único que han necesitado son las palabras de un oficial del ejército israelí.

Esta es la naturaleza de la ocupación: la dictadura militar de Israel en Cisjordania.

Esta práctica de encarcelamiento sin cargos ni juicio se define con un eufemismo israelí: “detención administrativa”. Se remonta a la ocupación británica de Palestina – el llamado “Mandato”.

La Orden Militar 1651 permite a los comandantes detener a un palestino si tienen “motivos razonables para considerar que la seguridad de la zona o la seguridad pública están amenazadas”.

Pero estos “motivos” suelen basarse únicamente en pruebas secretas presentadas por la Shin Bet, la policía secreta de Israel, conocida por perpetrar torturas, secuestros y asesinatos de palestinos.

Estas órdenes de internamiento son de seis meses, pero pueden renovarse indefinidamente. Actualmente, Israel retiene así a más de 500 prisioneros políticos palestinos. Esto viola las condiciones de la Cuarta Convención de Ginebra, así como el derecho humano básico de no ser sometido a una condena arbitraria.

Tanta “democracia israelí”. Israel no es una democracia: para los palestinos, es una dictadura militar racista.

Ni siquiera se nos permite saber de qué acusan a Jarrar las fuerzas de ocupación israelíes y su régimen de tortura – no están obligados a presentar ninguna prueba. El oficial puede simplemente encerrarla, y eso es todo.

Los tribunales militares de Israel – una institución racista utilizada contra los palestinos, pero no contra los colonos israelíes que viven en el mismo territorio – son una completa farsa. Tienen una tasa de condena del 99,7%.

Jararr es abiertamente crítica tanto con el régimen israelí como con su colusión con la Autoridad Palestina. En una entrevista en abril con el Washington Post, habló sobre el acuerdo del líder de la AP, Mahmoud Abbas, para negociar con el presidente estadounidense, Donald Trump.

Además de ser miembro de la Asamblea Legislativa de la AP – su parlamento – Jarrar es la ex directora de Addameer, una asociación por los derechos de los prisioneros palestinos. Aún es miembro del consejo de administración.

Addameer ha pedido su liberación inmediata y ha declarado que “su detención constituye un ataque contra los líderes de la sociedad civil palestina”. El grupo también les ha pedido a los ciudadanos del mundo que escriban a sus gobiernos y organicen manifestaciones en sus respectivos países para pedir la liberación de Jarrar – así como la de Khitam Al-Saafin, presidenta del Comité de la Unión para Mujeres Palestinas, arrestada por Israel el mismo día que Jarrar.

Khitam Al-Saafin, presidenta del Comité de la Unión para Mujeres Palestinas (ISM Palestina/Twitter)

Addameer afirma que ambas mujeres “cumplen con la definición de defensoras de los derechos humanos de las Naciones Unidas como todo el que, ya sea individualmente o en asociación, trabaja para promover y luchar por la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Está claro que las carreras de Jarrar y Saafin se han dedicado a la protección de los derechos humanos de los palestinos. Nos preocupa que Jarrar y Saafin estén siendo ilegítimamente atacadas y castigadas por las autoridades militares israelíes como consecuencia de su significativa labor en favor de los derechos humanos.”

Jarrar es una líder del izquierdista Frente Popular para la Liberación de Palestina, y es una activista puramente política. Por lo tanto, Jarrar ha sido detenida, otra vez, sólo por sus opiniones políticas: es decir, que la ocupación debe acabar.

Esto demuestra que Israel miente cuando afirma que está luchando contra los “extremistas islámicos”.

No importa si los opositores palestinos de Israel son izquierdistas, islamistas o nacionalistas – este Estado utilizará todos los medios de represión posibles. Y tampoco importa si los palestinos usan formas de resistencia armadas o pacíficas. Durante la historia, han utilizado ambas, pero el resultado siempre es el mismo: represión, encarcelamiento sin juicio, secuestro y asesinato.

Para Israel, lo que importa es acabar con las formas efectivas de resistencia de Palestina contra la ocupación israelí, no con las violentas. Así que, si alguna empieza a funcionar, el Estado de apartheid hará todo lo posible para acabar con ella.

Corresponde a los partidarios de los derechos humanos palestinos de todo el mundo asegurarse de que la voz de defensoras de la libertad como Khalida Jarrar no se pierda en el fondo de una mazmorra israelí.

 

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Asa Winstanley

Editor asociado con The Electronic Intifada, Asa Winstanley es un periodista de investigación que vive en Londres y que visita Palestina regularmente desde 2004

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