El ejército y la policía israelí han pedido al primer ministro Benjamin Netanyahu que reconsidere el uso de detectores de metales en las entradas de la Mezquita Al-Aqsa por temor a un crecimiento del malestar y los disturbios en la Jerusalén ocupada y Cisjordania, según informó Haaretz hoy.
Los funcionarios instaron a que se encuentre una solución que permita a Israel liberarse del conflicto "con dignidad".
Estados Unidos se ha hecho eco de estos sentimientos, ya que la Casa Blanca declaró ayer que estaba "muy preocupado" por la crisis actual y alentó a la reconciliación lo más pronto posible, según la agencia de noticias Wafa.
Los funcionarios estadounidenses también han sugerido una alternativa por la que los controles permanentes serían eliminados, pero permitiendo que las fuerzas israelíes lleven consigo detectores de metales manuales que podrían utilizar para registrar a aquellos que consideren sospechosos. Netanyahu todavía no ha respondido a la propuesta.
La autoridad del Waqf -que gestiona el patrimonio islámico-, que está a cargo de los lugares sagrados islámicos, ha pedido a todos los imanes de Jerusalén Este que cancelen las oraciones del viernes en mezquitas locales en un intento de alentar a los fieles a orar en las calles que rodean Al-Aqsa. La convocatoria podría reunir a decenas de miles de personas alrededor del recinto, por lo que se han prometido refuerzos para las fuerzas israelíes mientras se preparan para nuevos enfrentamientos.
Hamás también se ha unido al llamamiento por un "Viernes de la Ira".
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