Los palestinos continúan las protestas, en Jerusalén y en toda la Cisjordania ocupada, contra las nuevas "medidas de seguridad" israelíes puestas en marcha esta semana en la Mezquita Al-Aqsa, incluyendo cámaras de vigilancia.
Mientras que los fieles musulmanes se ven obligados a someterse a exhaustivos controles de seguridad para poder acceder al interior de la mezquita, los colonos judíos han sido autorizados a entrar en los patios de la mezquita y realizar oraciones talmúdicas.
Unos 27 colonos israelíes asaltaron la mezquita ayer por la mañana, bajo la protección de las fuerzas de ocupación israelíes. Cientos de colonos han sido admitidos en los aposentos de la mezquita desde el viernes pasado, mientras a los fieles musulmanes se les ha negado la entrada sistemáticamente.
Ayer, estallaron enfrentamientos en las entradas de Al-Aqsa, debido a que las fuerzas de ocupación israelíes atacaron a los palestinos que realizaban la oración del mediodía en la Puerta del León con granadas de aturdimiento y porras.
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También se informó que las cámaras de seguridad se han instalado en el complejo de Al-Aqsa, lo que llevó a la autoridad de la mezquita a organizar una sentada alrededor del mismo en señal de protesta. Según informes, cientos de palestinos se han reunido para protestar contra las violaciones israelíes del status quo de la Explanada.
Tanto las ciudades de la Cisjordania ocupada y las de la sitiada Franja de Gaza también celebraron numerosas protestas tanto el miércoles como el jueves por la tarde, tras la llamada de la Autoridad Palestina para protestar por lo que sería un "Día de la Ira". Las fuerzas israelíes usaron la violencia para dispersar los mítines, disparando contra los manifestantes con munición real en Ramallah, y disparando latas de gas lacrimógeno a las multitudes en Belén.