Médicos Sin Fronteras (MSF) informó de que suspendería sus rescates de inmigrantes en el Mediterráneo pues sentía la amenaza de la guardia costera de Libia y de las políticas del gobierno italiano que dificultan la realización de su trabajo.
La decisión del grupo de ayuda humanitaria es el último episodio de las recientes tensiones entre Roma y la ONG ahora que el tema de la migración domina la agenda política de Italia antes de las elecciones del próximo año.
El presidente Médicos Sin Fronteras en Italia Loris De Filippi dijo a Reuters:
Estamos suspendiendo nuestras actividades porque ahora nos parece que el comportamiento amenazador de la guardia costera de Libia es muy grave ... no podemos poner en peligro a nuestro personal
Casi 600.000 inmigrantes han llegado a Italia durante los últimos cuatro años, la gran mayoría procedentes de Libia –ahora mismo una zona sin ley- en embarcaciones endebles capitaneadas por traficantes de personas. Más de 13.000 inmigrantes han muerto tratando de cruzar a Europa.
Barcos de ayuda humanitaria han desempeñado un papel cada vez mayor en los rescates, recogiendo más de un tercio de todos los migrantes llevados a tierra en lo que va de año, frente a menos del 1% en 2014.
“Facilitando el tráfico de personas”
Sin embargo, Italia teme que los grupos estén facilitando el tráfico de personas y que su presencia anime a los inmigrantes a embarcarse, y ha propuesto un código de conducta que regula su funcionamiento.
Algunos grupos, incluyendo a MSF, se han negado a firmar el código.
Se oponen a la exigencia de que los agentes de policía de sus barcos sean italianos y a que los barcos deban llevar por sí mismos a los inmigrantes a un puerto seguro, en lugar de transferirlos a otros buques más grandes para permitir que estos barcos más pequeños permanezcan en la zona para realizar más rescates.
MSF opera una nave de rescate en el Mediterráneo, la Prudencia, actualmente atracada en el puerto siciliano de Catania.
En las últimas seis semanas el número de inmigrantes que ha llegado a Italia ha bajado significativamente y Roma ha comenzado a colaborar más estrechamente con los guardacostas de Libia, que según De Filippi amenazan a las ONG y les impiden trabajar.
Dijo que la guardia costera libia había exigido que las ONG se alejen de las aguas nacionales en un perímetro de cientos de kilómetros alrededor, cuando con anterioridad se les había permitido llevar a cabo operaciones de búsqueda y rescate a tan sólo 11 millas náuticas del continente.
"El año pasado los guardacostas dispararon 13 tiros contra nuestro barco y eso que estábamos en una situación que era mucho más tranquila que la actual", dijo De Filippi.
Aseguró MSF continuaría su colaboración con otro grupo de ayuda, SOS Mediterranee, que opera con una nave de rescate en el Mediterráneo con los médicos de MSF a bordo.
De Filippi desveló que el Código del gobierno de Roma de Conducta para las ONG y su apoyo a la guardia costera libia mostró que ahora se está mezclando el objetivo humanitario de salvar vidas con "una intención política y militar" de reducción de las llegadas.
"Nos negamos a ser cooptados en un sistema que bloquea a las personas de la búsqueda de la seguridad y la protección", escribió MSF, añadiendo que las políticas de inmigración de la Unión Europea mostraron que está "decidida a dejar atrapadas a las personas en Libia."