Tras la decisión del ministro de Comunicaciones de Israel de cancelar la emisión de la cadena qatarí Al-Jazeera en el estado de Israel, su propio ministerio de Asuntos Exteriores ha advertido al gobierno de Netanyahu de los peligros de ejercer este tipo de presión sobre la misma. De esta forma, el ministerio se opone claramente a la presión ejercida sobre el canal qatarí.
Según informa el diario Haaretz, el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí ha rechazado este incremento de la presión del gobierno israelí sobre Al-Jazeera y el cierre de su oficina en la Jerusalén ocupada afirmando que "estas medidas perjudican la posición internacional de Israel y la colocan en las filas de los países dictatoriales".
Este rechazo se produjo tras aprestarse la Oficina de Prensa a retirar la acreditación al corresponsal de Al-Jazeera en Jerusalén, Elias Karam.
Altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores expresaron al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu que el precio de presionar a Al Jazeera dañará la posición internacional de Israel, y que todo paso dirigido contra esta emisora se entenderá como “la demostración de que Israel enemigo de los fundamentos de la democracia”.
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A pesar de esta posición de sus altos funcionarios, Netanyahu y su ministro de comunicaciones, Ayoub Qara, continúan presionando para cerrar las oficinas de Al Jazeera que operan en el Estado con el pretexto de que la cadena incita a la violencia.
El ministerio lleva tiempo haciendo grandes esfuerzos para persuadir a las redes de satélites en el sentido de que corten la señal de las transmisiones de Al Jazeera a sus clientes en Israel.
La ocupación israelí ya había anunciado el día 6 de este mes su decisión de cerrar las oficinas de Al-Jazeera y de retirar la acreditación a sus periodistas, bajo el pretexto de que la cadena incita “al terrorismo y la violencia", especialmente durante los últimos acontecimientos en la mezquita de Al-Aqsa.
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