Un tribunal israelí suspendió ayer el desalojo de la familia Shamasna en el barrio de Sheij Jarrah, en Jerusalén oriental, por ser, supuestamente, propiedad de colonos israelíes. La familia se negó a abandonar la casa tras 53 años habitando en ella.
Durante una sesión judicial para considerar una apelación presentada por el abogado de la familia, Said Ghaliyeh, el tribunal suspendió la orden de desalojo, después de que se presentaran documentos sobre la falta de documentación de las parcelas de terrenos en el barrio de la localidad. Para que se ejecute la orden de desalojo, los tribunales deben determinar exactamente qué tierras eran propiedad de los judíos antes de 1948, basándose en los registros de documentación de la tierra.
Según la ley israelí, se permite a los israelíes judíos reclamar la propiedad que se cree que fue propiedad de judíos antes de 1948 durante la dominación otomana o británica.Sin embargo, tal ley no existe para los cientos de miles de refugiados palestinos que fueron expulsados de sus tierras y hogares durante y después del establecimiento del estado de Israel.
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Los israelíes han afirmado que Sheij Jarrah fue una vez hogar de una comunidad judía del siglo XIX. Muchas familias en el vecindario han estado envueltas en disputas legales durante décadas, ya que varios colonos israelíes han intentado reclamar la propiedad de sus hogares.
Además, la apelación se basa en la salud de Ayoub Shamasna, de 84 años, que ha vivido en el hogar desde 1964, y sufre varias enfermedades. De acuerdo con la apelación, el desalojo podría afectar negativamente su salud y la de su esposa de 75 años.
El juez suspendió el desalojo y pospuso el caso "hasta nuevo aviso", según declaró el funcionario del movimiento Fatah en Jerusalén, Hatem Abd al-Qader, a Ma'an.
Abd al-Qader advirtió que mientras la orden de desalojo ha sido suspendida temporalmente, "Los tribunales israelíes han apoyado las reclamaciones de los colonos desde el inicio del caso y han rechazado todos los documentos presentados por la familia palestina".
En una declaración el martes, el portavoz del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), Chris Gunness, condenó la amenaza de desalojo.
"Es motivo de profunda preocupación que los refugiados palestinos que ya han sufrido múltiples desplazamientos tengan que seguir asistiendo a desalojos forzosos", declaró Gunness.
La semana pasada, en una muestra de solidaridad, los palestinos celebraron la salat del viernes en la casa de la familia Shamasna.