Los residentes de Nablus en la ocupada Cisjordania sufren una creciente escasez de agua, según un nuevo informe de B'Tselem.
El grupo de derechos humanos informó: "Israel impide que los palestinos caven nuevos pozos y se niega a venderles más agua para aliviar el sufrimiento". Como consecuencia, "en verano los residentes deben comprar agua privada, a un precio muy alto, y usarla solo para necesidades esenciales".
"Israel abusa de su control de todas las fuentes de agua entre el río Jordán y el Mediterráneo al someter a los palestinos a una escasez permanente de agua".
En 2014, el consumo de agua palestino en Cisjordania era de unos 80 litros por persona al día, inferior al mínimo de 100 litros recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Ese mismo año, "el consumo medio de agua para las necesidades domésticas, comerciales e industriales en Israel era de unos 287 litros por persona al día - casi cuatro veces el consumo medio palestino".
B'Tselem señala que "Israel impide que se lleven a cabo la construcción de nuevas infraestructuras de agua palestinas, destruye y confisca las infraestructuras existentes y limita el acceso de los palestinos a las fuentes locales de agua, como manantiales de agua dulce, pozos perforados y cisternas de agua de lluvia".
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"Juntos", concluye la ONG, "estos factores han llevado a la escasez de agua permanente para los palestinos en Cisjordania".
Este "estado de cosas ilustra claramente cómo Israel cree que el agua -y todos los demás recursos en la Ribera Occidental- es de su propiedad, y así puede utilizarla según sus necesidades, a expensas de los palestinos".
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