El pasado jueves comenzaron en la capital de Kazajistán, Astana, la sexta ronda de las conversaciones de paz que pretenden poner fin al conflicto en Siria.
Al lado de los tres países garantes – Rusia, Turquía e Irán – y Staffan de Mistura, representante especial de la ONU de Siria, se unieron como observadores las delegaciones de Jordania y Estados Unidos.
Según el Ministerio de Exteriores de Kazajistán, Qatar también ha participado en la reunión por primera vez como país observador.
Uno de los temas más importantes que se discutieron es el establecimiento de zonas de desaceleración en Idlib, según los reunidos.
También la liberación de detenidos y cautivos retenidos por el régimen de Bashar Al-Assad, la entrega de los restos y la búsqueda de personas desaparecidas.
El 4 de mayo, Moscú, Ankara y Teherán acordaron establecer cuatro zonas de desaceleración en Siria.
Según el acuerdo, las zonas – en las que los actos de agresión están terminantemente prohibidos – cubrirán la ciudad de Idlib y ciertas partes de las provincias Latakia, Homs, Alepo y Hama, junto a Damasco, el este de Ghouta, Daraa y Quneitra.
Tras el alto el fuego del 30 de diciembre, se celebró la primera ronda de conversaciones de paz en Astana el 23 y el 24 de enero, negociada por Turquía, que respalda a la oposición, y Rusia e Irán, que respaldan al régimen de Assad.
Siria lleva desde principios de 2011 encerrada en una violenta guerra civil, con participación internacional. Desde entonces, más de 250.000 personas han sido asesinadas y más de 10 millones desalojadas, según la ONU.