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Marruecos impone su control en el territorio del Sáhara

(fuente: el balcón del jubilata)

En un intento de imponer una política de hechos consumados en su enfrentamiento con el Frente Polisario, las autoridades marroquíes en la disputada provincia del Sáhara han anunciado su intención de establecer allí un puerto regional en el marco del proceso de desarrollo llevado a cabo en la zona, ello pese a la controversia existente durante las últimas cuatro décadas entre Marruecos y el Frente Polisario, que busca gobernar la misma región.

El puerto de esta región, según los observadores, puede ser el comienzo de la absorción de el Sáhara por Marruecos a través de diversos proyectos de desarrollo.

De acuerdo a la Agencia Oficial de Noticias marroquí, el ministro marroquí del Interior, Abd al-Wafi Laftiit, explicó el pasado 19 de septiembre que su país planea construir un puerto en la ciudad de Dajla, al sur de la provincia.

Los proyectos emprendidos por Marruecos en el Sáhara suponen una medida de su pretensión de absorver este territorio, y de su falta de voluntad para abandonarlo por completo, a la vez que reflejan su determinación de demostrar la soberanía permanente sobre el mismo, según los expertos.supuesto de 642 millones de dólares.

La provincia del Sáhara

La provincia del Sáhara es una zona en disputa entre Marruecos y el Frente Polisario, que pretende representar a su población autóctona. Marruecos controla el 80% del territorio, que asciende a 266 mil kilómetros cuadrados, y el Frente Polisario controla el resto del área de la región.

Esta región, que está situada al noroeste de África, limita con Argelia al noreste, con Mauritania al sur, con Marruecos al norte, y con el Océano Atlántico al Oeste. Su mayor ciudad es Al Ayyoun, con una gran densidad población.

Marruecos construyó en 1980 una valla de seguridad en el desierto a lo largo de los 1200 km, para proteger su territorio, rico en fosfatos y a la mayoría de la población de los ataques del Polisario.

Los capítulos de la crisis en esta región, que ha agitado y sigue agitando la política marroquí, se remontan a la descolonización de 1975 por parte de España, que se había repartido la influencia sobre la región del Sáhara Occidental con Francia.

Marruecos lleva tiempo exigiendo la recuperación de la región y la integración en su territorio, considerándola una parte de su territorio escindida por las fuerzas del imperialismo en la era de la ocupación.
Durante las negociaciones de descolonización de España con Marruecos, Mauritania exigió parte del Sáhara, mientras que el Frente Polisario, movimiento de liberación fundado el 20 de mayo de 1973, exigió el establecimiento de un nuevo estado independiente en el Sáhara Occidental.

Así, el conflicto por la región del Sáhara comenzó en 1975, después del fin de la ocupación española y de su presencia en la región, que fue cuando se prendió un conflicto armado entre Marruecos y el Frente Polisario que continuó hasta el año 1991, en que se firmó un acuerdo de alto el fuego.

En febrero de 1976 el Frente Polisario anunció la creación de lo que se conoce como la "República Árabe Saharaui Democrática" (RASD). Esta ha sido reconocida parcialmente por algunos países pero no es miembro de las Naciones Unidas.

Rabat insiste en sus derechos sobre la región del Sáhara y propone para solucionar este conflicto concederle una amplia autonomía pero bajo su soberanía. Mientras el Frente Polisario reclama un referéndum que decida el destino de la región. Esta opción está respaldada por Argelia, que es el hogar de las personas desplazadas que huyeron de la región cuando Marruecos ocupó la región después del fin de la ocupación española, y por la ONU, que según un plan de acuerdo establecido por el Consejo de Seguridad, estableció un periodo de transición para preparar la celebración de un referéndum en el que el pueblo del Sáhara Occidental elegiría entre la independencia y la integración con Marruecos.

Sin embargo el activista político marroquí Mustafa Bomlik ha afirmado que las autoridades marroquíes buscan imponer su soberanía en la región a través de diversos proyectos de desarrollo y construcción, pues el gobierno es consciente de que la solución de la crisis del Sáhara llegará mediante una negociación diplomática y no por medios bélicos. A esta misma conclusión ha llegado el Frente Polisario.

Bomlik ha explicado también a Maser Al Arabiyya que el que el gobierno haya lanzado este tipo de proyectos en la región confirma la extensión de su compromiso en la región, y que Marruecos se mantiene firme en cuanto a sus derechos y su soberanía sobre el Sahara.

Bandera marroquí ( fto de archivo)

Continuó: "Hay quienes quieren que se perpetúe la crisis del Sahara para que la región siga estando agitada”, señalando a los “enemigos” de su país, que no les quieren bien.

 

 

El territorio marroquí

Por su parte el investigador en relaciones internacionales Mohammed Al Hariri ha señalado que el problema es artificial y supone una cuestión de interés estratégico, agregando: "España, estado colonial que dominaba la región, sigue ocupando partes del norte de Marruecos (Ceuta y Melilla y las islas Ja'fari) y no le interesa poner fin a este conflicto pues le seguirá, sin duda, una reclamación de Marruecos de los territorios ocupados en el norte".

De acuerdo con Hariri, Argelia, que alberga el Frente Polisario y gran parte de la población saharaui desplazada en su territorio, tampoco quiere terminar el conflicto si es en favor de Marruecos: eso implicaría un aumento del liderazgo de Marruecos en la región, que ganaría puntos a costa de ello, especialmente en caso de que se le concediera en exclusiva el control de esta región.

También agrega: "Marruecos es un socio clave en el sistema de la seguridad europea, lo que hace que los países situados al norte de la cuenca mediterránea estén dispuestos a aceptar la propuesta marroquí sobre la autonomía “integrada” del Sáhara en su territorio, o al menos a mantener la situación tal como se encuentra en la actualidad, sobre todo debido al papel clave de Marruecos en la lucha contra el terrorismo en la región".

En un comunicado de prensa Hariri ha explicado que "cualquier desequilibrio en la ecuación podría hacer aumentar los problemas de seguridad en esta región, especialmente en vista de la creciente situación de inestabilidad que experimentan la mayoría de los países del sur del Mediterráneo, y que afectan directamente a la seguridad europea."

También piensa que “el Frente Polisario está tratando de jugar todas las bazas, como demuestra el intento de hacer que las autoridades de Puerto Elizabeth, en Sudáfrica, bloqueen un barco cargado con 54 mil toneladas de fosfatos procedente de Marruecos y que se dirigía a Nueva Zelanda, a raíz de una denuncia presentada por Frente Polisario.

"Esta cuestión ha sido precedida por el fracaso de sus tesis en lo que llama los territorios liberados, después de haber sido obligado a retirarse de la zona de Alkarkarat, la cual, de estar liberada como proclamaba el Frente, no se entiende por qué se retiró de ella."

La región del Sáhara (foto de archivo)

Mientras, en tanto que ambas partes firmaron un acuerdo al respecto, las Naciones Unidas supervisan las negociaciones entre Marruecos y el Polisario en busca de la solución definitiva a la disputa sobre el territorio.

Muchas de las cartas de la baraja parecen mostrarse hoy a favor de la propuesta de Marruecos para resolver la crisis, empezando por el apoyo de la nueva administración de Estados Unidos para resolver el conflicto por medios pacíficos, intentando estabilizar la situación de la región para que no sufra nuevas crisis, la disminución en el número de estados que reconocen la RASD, y el que Argelia esté ocupada con sus problemas internos.

El destino del conflicto

Dados los problemas que actualmente ocupan al mundo, que son muchos y de envergadura, es posible que la resolución de la cuestión del Sáhara no sea ahora una prioridad para las Naciones Unidas. Por otra parte, una solución en el marco de la Organización Africana es difícil, al menos en el momento actual. Además, cualquier cambio en el statu quo podría aumentar la crisis en la región, especialmente en lo que se refiere a la seguridad, lo que hace que el destino de la disputa esté en suspenso, de acuerdo a Hariri.

En opinión del investigador marroquí, se puede suponer que la situación va a seguir siendo la que es, especialmente debido a la incapacidad de satisfacer a todos los actores del conflicto; a la pluralidad de intereses que se dirimen en el mismo, y a la multiplicidad de preocupaciones económicas, políticas y estratégicas.

España también se sigue enfrentando a una propuesta de separación del Cataluña, mientras que aumenta el papel de Marruecos en África y el Oriente Próximo, en particular en lo referente a las cuestiones de seguridad. Todo esto sugiere que Marruecos puede estar a punto de hallar una solución a la crisis en el marco propuesto por la fundación de desarrollo de la región bajo el esquema de lo que yo diga.

El 28 de de abril de 2017 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 2351, que hace hincapié en la necesidad de construir una solución diplomática construida de acuerdo al realismo y espíritu de compromiso entre los partidos políticos.

Hay que recordar también que la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) , establecida por la Resolución 690 del Consejo de Seguridad, de 29 de abril de 1991, de acuerdo con las propuestas de arreglo aceptadas el 30 de agosto de 1988 por Marruecos y el Frente Popular para la Liberación de Saquía el-Hamra y de Río de Oro (Frente Polisario), estableció un plan de arreglo, tal como fue aprobado por el Consejo de Seguridad, que establecía un periodo de transición para preparar la celebración de un referéndum en el que el pueblo del Sáhara Occidental elegiría entre la independencia y la integración con Marruecos.

En esa resolución, aceptada por ambas partes, se fijó que el Representante Especial del Secretario General tendría la responsabilidad única y exclusiva sobre los asuntos relacionados con la celebración del referéndum, y estaría asistido en sus funciones por un grupo constituido por civiles, militares y personal de la policía civil, que se conoce como la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental.

En agosto de 2017 se nombró al ex presidente alemán, Horst Koehler, enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la región del Sáhara, para lograr avances en el conflicto.

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