Las instituciones y organismos europeos continúan apoyando una serie de iniciativas intelectuales, de investigación y religiosas en Oriente Próximo bajo el pretexto de reformar el pensamiento islámico y abordar la crisis del mundo islámico. Este interés europeo en la reforma islámica plantea muchas cuestiones respecto al objetivo de estas iniciativas y el trasfondo detrás de esta continua actividad.
¿Existe una nueva conspiración europea contra el islam y los musulmanes? ¿O están los europeos haciendo esto para beneficiar a los musulmanes y contribuir a la lucha contra la amenaza común de la violencia y el extremismo en el mundo?
Varias instituciones europeas apoyan la reforma religiosa en general, y la del islam en particular. Por ejemplo, las fundaciones Konrad-Adenauer, Friedrich-Ebert-Stiftung y Berghof, de Alemania, la Fundación Córdoba de Ginebra, respaldada por el Ministerio de Exteriores de Suiza; y el Instituto Alejandría de Suecia, que ayudó al Centro de Estudios de la Unidad Árabe a organizar una importante conferencia sobre la reforma religiosa, cuyos resultados se publicaron recientemente. También hay iglesias en Suecia, Dinamarca y Reino Unido involucradas en estas actividades, junto a las embajadas europeas en Oriente Próximo. Más específicamente, las embajadas británica, noruega y danesa respaldan a varias instituciones que trabajan en la reforma religiosa y en el diálogo musulmán-cristiano.
Estas instituciones, Ministerios de Exteriores e iglesias también patrocinan docenas de conferencias y talleres en países árabes para hablar de la situación de la religión en general, aunque suelen centrarse en el islam y los musulmanes.
También he notado un aumento en las investigaciones y estudios publicados en Europa, sobre todo en Francia, sobre la violencia en el islam, los movimientos islámicos y cómo enfrentar al extremismo. Hay varios investigadores especializados en el seguimiento del fenómeno islámico, entre ellos Gilles Kepel y Olivier Roy, que han publicado varios libros sobre el movimiento islámico.
¿Por qué este interés europeo en la reforma religiosa, en particular del islam? Las fuentes involucradas creen que hay varias razones. Primero señalan la creciente presencia de la religión como un factor en las sociedades europeas, sobre todo el Islam. Las instituciones también están interesadas en entender el fenómeno islámico que ha emergido en los últimos años.
Luego está el historial de Europa de conflictos y guerras religiosas, especialmente entre los católicos romanos y los protestantes y la capacidad europea de tener más o menos coexistencia de las denominaciones cristianas con las muchas iniciativas para las reformas religiosas. Sin embargo, existe una diferencia entre la realidad de la experiencia europea y la islámica, dados los actuales conflictos sectarios que sufren los musulmanes.
También tenemos que considerar los temores de Europa sobre los conflictos en el mundo árabe e islámico y sus repercusiones. Esto ha llevado a los europeos a abordar estos conflictos y cooperar con los árabes y musulmanes.
Es por esto que las instituciones europeas se sienten obligadas a contribuir, aunque dentro de ciertos límites, al proceso de reforma islámica. Creo que esto es perfectamente lógico desde su punto de vista.
Sin embargo, el punto de vista musulmán e islámico considera que la colonización europea del mundo árabe e islámico, especialmente por parte de Reino Unido y Francia, ha contribuido al establecimiento de estas divisiones sectarias y doctrinarias y a sus conflictos resultantes. Este punto de vista también cree que las agencias de inteligencia de Europa y EE.UU. han respaldado al extremismo que ha emergido en el mundo musulmán durante los últimos 100 años. Si estos países y agencias están realmente detrás de la extensión del extremismo y de los conflictos sectarios y doctrinales, ¿cómo pueden contribuir positivamente sus instituciones a la reforma religiosa e islámica?
En algunos círculos islámicos hay quien teme que el objetivo de las iniciativas europeas sea distorsionar el islam o desviarlo de sus objetivos reales. También les preocupa que las iniciativas creen un nuevo orientalismo europeo.
Independientemente de la legitimidad o solidez de ambos puntos de vista, la realidad de hoy en día indica que cada vez crece más la actividad europea dedicada a la reforma, los movimientos islámicos y el islam.
Los activistas de la comunidad musulmana no pueden ignorar ni boicotear estas iniciativas. Puede que sea mejor lidiar con cada iniciativa por separado para averiguar sus objetivos y su efectividad. No podemos juzgarlas colectivamente, ya que cada país tiene sus propias consideraciones y objetivos, y cada institución tiene un punto de vista respecto a sus actividades intelectuales, políticas o de investigación.
Este artículo fue publicado por primera vez el 5 de octubre de 2017 en Arabi21