Los intentos de diversos partidos kurdos presentes en Bagdad no están teniendo éxito a la hora de acercar posiciones entre el gobierno central de Bagdad y la provincia kurda, al mismo tiempo que aumenta el temor de los kurdos de perder el control sobre la provincia de Kirkuk, que dominan desde el 14 de junio de 2014, después de la destrucción a manos de la organización terrorista Daesh de las ciudades del norte y el oeste del país. Esto se debe a la controvertida posición adoptada por el presidente regional Massoud Barzani en relación al reciente referéndum, y al apoyo de algunos países occidentales y regionales al movimiento de Bagdad orientado a imponer su soberanía sobre Kirkuk.
Al respecto, la diputada del Movimiento para el Cambio Kurdo, Shirin Reza, ha afirmado al diario Al Arabi Al Jadid que “nuestro diálogo con Bagdad continua; mientras nos seguimos reuniendo con numerosas organizaciones políticas para discutir con ellos sobre la crisis del referéndum, y la forma de resolverla”, aclarando que "pese a que las reuniones continúan la esperanza de conseguir acercar los puntos de vista es pequeña. Pero pese a eso, seguimos y seguiremos intentándolo”.
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La diputada también ha señalado que "el Kurdistán se encuentra con un problema muy grave, que es enfrentarse al asfixiante bloqueo propuesto, que podría causar un gran daño a la población kurda", a la vez que ha achacado “al presidente regional Massoud Barzani la responsabilidad de todo esto”.
También ha advertido del "peligro de que se agudice la crisis entre las dos partes, lo que podría conducir a la pérdida de la provincia de Kirkuk, en tanto que Al Abadi se ha reafirmado en que Bagdad debe controlar en exclusiva las zonas en disputa”. Después se ha preguntado "Y en el caso en que las fuerzas iraquíes y sus milicias procedieran a tomar el control de Kirkuk, ¿qué ocurrirá, quién asumirá la responsabilidad y las graves consecuencias que se derivarán?".
Reza ha considerado también: "todo esto es debido a la posición de línea dura de Barzani y a los partidos kurdos que han apoyado el referéndum", señalando que "Barzani se equivocó en su decisión del referéndum, en tanto que se supone que debiera haber considerado que se iba a producir esta crisis antes de convocarlo”.
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Por su parte, un alto funcionario político ha explicado a “Al Arabi Al Jadid” que "los esfuerzos que están efectuando los diputados kurdos en Bagdad para acercar posturas son inútiles, pues las posiciones de Bagdad y de la Alianza Nacional son muy duras".
También ha añadido que "las reuniones y conversaciones llevadas a cabo por la Cámara de Representantes kurda no avanzan en el sentido de hallar una solución o acercar las posiciones. En Bagdad la posición es extremista, y la coalición gobernante rechaza todo diálogo sin la anulación previa de los resultados de la consulta. Y todo esto se produce en medio de temores de que el gobierno iraquí gobierno se refugie en la opción militar para resolver la cuestión de la consulta y para imponer su autoridad en las zonas en disputa".
Por su parte, otra diputada de la coalición gobernante, Alianza Nacional, Ibtissam Hilali, ha afirmado en un comunicado de prensa que "el gobierno iraquí está decidido a no participar en ningún tipo de diálogo con el Gobierno Regional ni con los líderes kurdos si no se abandonan los resultados de la consulta". Y ha expresado que "no parece que el lado kurdo esté dispuesto a ceder a estas demandas, lo que significa avanzar hacia una opción militar para resolver la cuestión".
Las autoridades iraquíes de Bagdad han intensificado las sanciones impuestas a la región del Kurdistán por causa del referéndum de independencia llevado a cabo el día 25 de septiembre pasado. También persisten en perseguir al personal funcionario de la región que participó en la organización del referéndum, y han decidido trasladar las sedes de las compañías de telecomunicaciones y de las empresas de telefonía móvil de la región a Bagdad.
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