El Tribunal Penal de El Cairo sentenció a ocho personas a la pena de muerte ayer y a otros 50 a cadena perpetua por su papel en un caso conocido como el asalto de la comisaría de Helwan.
El 14 de agosto de 2013 un grupo de manifestantes asaltó la estación de policía de Helwan. En el enfrentamiento murieron tres policías y dos civiles. La estación de policía y 20 coches de la policía quedaron destruidos.
El mismo tribunal dictó una condena de 10 años de prisión contra siete acusados y cinco años de prisión contra otros tres.
Los imputados están acusados de varios cargos incluyendo terrorismo, asesinato premeditado, intento de sabotaje de edificios públicos y la destrucción de coches de la policía.
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El Tribunal Penal de Giza remitió esta semana 13 ejecuciones al gran muftí del país para su preparación.
El ex líder de los Hermanos Musulmanes y cofundador del partido Nahdha, Ibrahim al-Zaafarani, ha declarado que el número de egipcios condenados a muerte desde el golpe de julio de 2013 ha ascendido a 917 casos.
Al-Zaafarani declaró en un comunicado de prensa que 16 egipcios esperan sus asesinatos mientras que ocho personas ya han sido ejecutadas.
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Según al-Zaafarani, casi 640 egipcios han muerto en prisión como resultado de torturas y negligencias médicas, mientras que el número de los que han sido ejecutados extrajudicialmente ha llegado a cerca de 300 personas.
Un informe de la Organización Árabe para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, sobre las violaciones de los derechos humanos en Egipto durante el tercer trimestre de 2017, declaró que los tribunales egipcios han dictado sentencias de muerte contra 74 personas.