La Coalición marroquí contra la pena de muerte organizó una sentada esta semana frente al Parlamento del país, en Rabat, volviendo a pedir la pena de muerte.
En su declaración, la Coalición marroquí recordó ayer el Día Mundial contra la Pena de Muerte para reiterar la importancia de sensibilizar a la opinión pública sobre la abolición de la misma.
"La pena de muerte es un castigo inhumano y salvaje" representa "una grave violación del derecho sagrado a la vida", declaraba el comunicado. Durante la sentada, el grupo pidió al gobierno "la derogación de la pena de muerte en el Código Penal". Suspendida desde 1993, la pena de muerte permanece en el código penal aunque no se ha utilizado.
La Coalición pidió también al Gobierno que adopte el segundo protocolo opcional sobre el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte.Este último fue adoptado y proclamado por la Asamblea General del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en su resolución 44/128, del 15 de diciembre de 1989.
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Este año, la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte (WCADP) llama la atención sobre el aspecto "discriminatorio" de la pena de muerte y cree que "las personas que viven en la pobreza son más propensas a ser castigadas con la pena de muerte".
En su página web, el grupo explicó que "las desigualdades sociales y económicas dificultan el acceso a la justicia para los condenados a muerte", explicando que "los acusados en tal situación de desigualdad a menudo carecen de recursos (sociales, económicos, culturales y también) para defenderse por lo que serán marginados principalmente debido a su estatus social ".
La última ejecución en Marruecos tuvo lugar en 1993 siendo el reino un país abolicionista de facto. A pesar de ello, 92 prisioneros en Marruecos han sido condenados a muerte desde 2015, aunque 35 de ellos han recibido un indulto real.