La Organización Nacional Islámica Al Wafaq ha denunciado en un comunicado la existencia de más de 4.000 presos políticos en las cárceles de Bahréin. Según esta organización, estos presos políticos fueron detenidos y procesados debido a su participación en movimientos populares que demandaban reformas democráticas y en el aparato judicial, la construcción de un estado de derecho, y poner fin a la discriminación y la corrupción.
Al Wafaq ha asegurado que los 4.000 presos están sometidos a diversas formas de represalia, ello mediante la aplicación de nuevos métodos de privación de sus derechos básicos, lo que constituye una nueva forma de presionarles y violar sus derechos. También ha señalado que la difícil situación que atraviesan los presos obliga a dar la voz alarma sobre su destino debido a que no se les proporciona la atención adecuada con respecto a sus necesidades personales. Por ejemplo se cita el caso de presos que padecen enfermedades crónicas y graves, que carecen de los tratamientos adecuados para sus dolencias lo que demuestra una violación continuada de los más elementales derechos de los reclusos.
La organización Al Wafaq señala que las violaciones de los derechos de estos presos se producen en las cuatro prisiones oficiales con que cuenta Bahréin, pero que hay dos de ellas en las que estos casos se producen con mayor intensidad y frecuencia: la prisión de Haud Al Jaff (Centro penitenciario provisional) y la prisión de Ju Al Markazi (Centro penitenciario de convictos). Estas registran mayores violaciones de los derechos de los presos en comparación con la prisión de mujeres, y la prisión de AL Ahdath.
Al Wafaq también denuncia que entre los mayores sufrimientos que padecen los presos figura la pérdida de sus derechos a conservar la seguridad personal, la seguridad social y su dignidad humana; así como la persistencia de tratos degradantes, la violación de su privacidad religiosa y la ausencia de unas condiciones humanitarias y de salud aceptables.