El Papa Francisco abogó ayer en Roma por el fin de la violencia y de la discriminación contra las personas de diferentes religiones en Tierra Santa en una reunión con el Patriarca Greco-Ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III.
"El status quo de Jerusalén debe ser defendido y preservado. Vamos a aumentar los esfuerzos para lograr una paz basada en la justicia y el reconocimiento de los derechos de todas las personas ", dijo el Papa Francisco.
"Toda forma de violencia, discriminación y expresión de intolerancia contra los creyentes judíos, cristianos y musulmanes o contra los lugares de culto debe ser rechazada con firmeza", dijo.
El Papa dijo que la ambigüedad de la situación y la falta de entendimiento entre las partes causa inseguridad y la restricción de las libertades fundamentales está forzando a un gran número de personas a huir de su país.
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Le agradeció al Patriarca Greco-Ortodoxo de Jerusalén su contribución a la restauración de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
Durante un viaje a Jerusalén en 2014, el Papa hizo un llamamiento para que todos los creyentes judíos, cristianos y musulmanes tengan igual acceso a Jerusalén y para que se ponga fin a toda violencia e intolerancia.