A medida que las líneas de batalla se estancan tras el inicio de la implacable campaña de bombardeos de la coalición saudí, es hora de que todas las partes del conflicto piensen en un proceso de paz que incluya al grupo armado houthí. “Estamos dispuestos a llegar a un proceso de paz con la coalición saudí”, me confirma el Jefe Adjunto de Relaciones Exteriores, Muhammed Al-Bukhaithi.
Es de interés mutuo para todas las partes poner fin a la guerra, pero los houthíes afirman que Arabia Saudí no está actuando con “moralidad” ni “lógica” en Yemen. Todo tipo de conversaciones de paz requiere de un diálogo directo, pero Al-Bukhaithi cuenta que la coalición saudí “se niega”.
El principal objetivo del grupo houthí es “hacer justicia y lograr un estado de paz en Yemen”, enfatiza Al-Bukhaithi. El grupo quiere hacerlo con “valores éticos” y sin intenciones imperialistas o de dominación que reemplacen a estos objetivos, como considera el orden global actual.
Cuando la Operación Tormenta Decisiva comenzó en marzo de 2015, la coalición saudí ejecutó una campaña aérea coordinada contra el grupo hotuhí. Pero el grupo armado houthí no tomó represalias de inmediato. “No respondimos ni con un solo disparo durante 40 días”, me cuenta Al-Bukhaithi. El grupo houthí quiso darle a la coalición saudí la “oportunidad de reconsiderar” su ataque contra ellos. Al-Bukhaithi cuenta que el grupo houthí se abstuvo porque quería demostrarle al mundo y a la coalición que no tienen “intenciones hostiles en su contra”.
Los houthíes han desarrollado una sofisticada capacidad de armamento a lo largo del conflicto, lanzando misiles balísticos a más de 800 kilómetros contra Arabia Saudí, que han alcanzado a la compañía petrolífera Aramco, en la provincia de Yanbu. Al-Bukhaiti me revela que el grupo cree que el lanzamiento de cohetes es una “táctica exitosa”. El lanzamiento de misiles otorga al grupo la capacidad involucrar a la coalición con “pérdidas mínimas”. El grupo houthí no prevé rescindir el lanzamiento de cohetes a Arabia Saudí.
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Mientras la coalición saudí continúa atacando Yemen, Al-Bukhaithi explica que los líderes houthíes consideran necesario responder a un ritmo gradual. El grupo se enfrentó a la coalición hasta que empezaron a “lanzar cohetes contra Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos”, dice Al-Bukhaithi. “La lucha con misiles aumentará mientras continúen las agresiones”.
Además de los misiles, los houthíes suelen hacer incursiones en la frontera sur de Arabia Saudí, a menudo tomando el control de cuarteles del ejército y causando víctimas en el ejército saudí.
Todo diálogo de paz requiere que todos los bandos de la guerra se involucren “directamente” en la mediación. “No somos quienes declaramos la guerra, y no hacemos más que ejercitar nuestro derecho a la autodefensa. Cuando paren las agresiones, pararemos nosotros, sin necesidad de un acuerdo”.
Arabia Saudí no ha dado ninguna señal de avanzar en la mediación sobre la guerra civil de Yemen. A día de hoy, la coalición saudí no se ha comunicado con el grupo armado houtí.
“El problema es que nos enfrentamos a un adversario que actúa sin moralidad ni lógica”. El grupo houthí cree que Arabia Saudí actúa deprisa y corriendo, sin una estrategia clara y sin la intención de detener el derramamiento de sangre.
Roces en la alianza houthíes-Saleh
Las tensiones entre los houthíes y el bloque del ex presidente Ali Abdullah Saleh comenzaron en 2017, cuando unas 300.000 personas celebraron el 35 aniversario de la fundación del Partido del Congreso General de Saleh. Al-Bukhaithi me cuenta que los houthíes sentían que Saleh lo utilizó como una oportunidad para difamar al grupo, llamándolo “milicia”, un término que odian los houthíes. El grupo houthí está dispuesto a reconciliarse con la alianza de Saleh.
Su frágil alianza les ha llevado a cuestionar los motivos y las metas el uno del otro, provocando roces que suelen hacerse públicos. Sin embargo, Al-Bukhaithi confirma que los desacuerdos “no afectarán al frente interno, por mucho que los Estados atacantes crean que sí, debido a la postura respecto a las agresiones del Congreso Popular General como una posición de principios”.Al-Bukhaithi recalca que aquellos que cargan con la defensa contra la coalición saudí “son el pueblo yemení, liderados por Ansar Allah, y Saleh no tiene nada que ver”.
Parcialidad de la ONU
En mayo, los houthíes dispararon contra el coche de Ould Cheikh, el enviado especial de la ONU a Yamen, mientras viajaba por la capital, Sana’a. El ataque contra el vehículo fue catalogado como un intento de asesinato por el Ministerio de Exteriores de Yemen, pero, en realidad, era una advertencia a Cheikh para que no entrara de nuevo en Sana’a.
“Ould Cheikh es parcial”, dice Al-Bukhaithi, describiendo cómo la ONU se pone de parte de Arabia Saudí, sin considerar las otras partes del conflicto. “Aceptamos tratar con él y ahora es odiado por el pueblo yemení”. Al-Bukhaithi me dice que la parcialidad de Cheikh ha hecho que las Naciones Unidas pierdan toda su credibilidad en un potencial proceso de paz en Yemen. Al-Bukhaithi llegó a llamar a Cheikh un “gran obstáculo” para Yemen.
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Los houthíes no han dejado de lado un potencial proceso de paz para el conflicto yemení. Al-Bukhaithi cuenta que los houthíes buscan una iniciativa de diálogo bilateral. “El primero debería producirse entre los bandos del conflicto para poner fin a la guerra regional”, afirma Al-Bukhaithi. Esto incluye a Arabia Saudí, ya que el grupo piensa que fue esta nación la que inició la guerra.
“El segundo, entre los componentes políticos yemeníes, para ponerse de acuerdo en formar una autoridad transicional aceptada por todas las partes para supervisar el proceso de un referéndum y unas elecciones”, enfatiza Al-Bukhaithi. Los houthíes quieren que se confisquen las armas a todos los bandos en Yemen, a diferencia de la Resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU, que el grupo houthí piensa que sólo requiere que se entreguen las armas en medio de una guerra. Los houthíes opinan que la resolución es inútil y no tiene en cuenta la complejidad del conflicto en Yemen.
Omán y Kuwait: partes clave de la mediación
Este año, el Sultanato de Omán y Kuwait ha presentado la idea de mediar en la guerra civil. Su éxito dependerá de cómo perciba el grupo houthí a ambos países.
“Omán y Kuwait podrían ser partes clave a la hora de poner fin a la guerra si están dispuestos a ser neutrales y francos con el régimen saudí”, afirma Al-Bukhaithi.
Los houthíes creen que Arabia Saudí ha presionado a otros países árabes con la estrategia de “si no estás con nosotros, estás en nuestra contra”. El grupo houthí afirma que Arabia Saudí ha “comprado” a Ould Cheikh, y, por lo tanto, que el enviado de la ONU a Yemen ha perdido la neutralidad.
Los houthíes prevén un Yemen unido
“Estamos con la unidad de Yemen”, recalca Al-Bukhaithi. “La división de Yemen de norte a sur no se basa en algo étnico, religioso, sectario o tribal”. Aunque el grupo houthí comprende la demanda de los yemenís del sur a separrse del norte, piensan que se basa en algo emocional más que en un deseo práctico. El grupo houthí no les pide a los sureños que “dejen de lado sus demandas”, dice Al-Bukhaithi, sino que se resuelva el problema de la secesión del sur en un “contexto nacional” en condiciones pacíficas.
Al-Bukhaithi dejó claro que países extranjeros como Emiratos Árabes Unidos influyen en el desarrollo político del sur de Yemen. El Consejo Transicional del Sur no habría llegado a buen término sin EAU.
“El sur necesita al norte y el norte necesita al sur para frustras las ambiciones extranjeras”, cuenta Al-Bukhaithi. Muchos houthíes tienen relación con la parte sur de Yemen y viceversa. No es práctico dividir el país. Emiratos apoya a una perspectiva política que no previó el líder de la coalición saudí, o fue ordenada por el presidente Abd Rabbuh Mansur Hadi cuando pidió intervenir por primera vez.
Se necesita urgentemente un proceso de paz para acabar con los asesinatos desproporcionados en medio de una crisis humanitaria que ya ha contado con unos 700.000 casos de cólera. Los puertos comerciales deben abrirse y permitir un mejor tránsito de servicios básicos para la supervivencia. La respuesta quizá corresponda a los países árabes vecinos, Omán y Kuwait.