El gobernador de la provincia de Asir, al sur de Arabia Saudí, y otros cargos de la administración del reino murieron ayer en un accidente de helicóptero, según ha anunciado la televisión estatal saudí Al-Ekhbariyya.
El periódico local Okaz ha anunciado que el helicóptero cayó a tierra mientras los oficiales sobrevolaban un área costera de la provincia de Asir, en la frontera con Yemen.
Los informes publicados no han anticipado de momento ninguna posible causa del accidente.
Estas noticias se producen en un momento en que Arabia Saudí ha comenzado una dura campaña contra la corrupción que se ha saldado con la detención de príncipes, hombres de negocios y diversos cargos del gobierno, incluyendo al inversor más conocido del Reino, Al-Waleed Bin Talal, que fue detenido el pasado fin de semana.
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Una lista de personas a las que se les ha vedado salir del país ha sido publicada por las autoridades, que han emitido órdenes a las fuerzas de seguridad de no dejar despegar jets privados sin el permiso gubernamental, según ha informado el diario pan-árabe Al-Sharq Al-Awsat. Entre los detenidos se encuentran 11 príncipes, cuatro ministros y decenas de ex ministros, según las fuentes oficiales saudíes.
Las acusaciones contra los detenidos incluyen lavado de dinero, soborno, extorsión y haberse servido de sus posiciones de poder para beneficio personal, según ha explicado a Reuters una fuente oficial .
Un decreto real fue emitido el pasado sábado anunciando que la insólita medida se producía en respuesta a "el aprovechamiento que han hecho algunas almas débiles, que han antepuesto sus intereses personales a los de la nación, con el objetivo de enriquecerse de forma ilícita".
El nuevo comité anti-corrupción saudí tiene el poder de intervenir activos financieros dentro y fuera del país antes incluso de que concluyan las investigaciones sobre su presunta ilicitud.