El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue interrogado ayer por la policía por quinta vez, en relación con varios escándalos de corrupción que lo involucran a él y sus allegados, según Ynet News.
Los interrogadores de la unidad anti-corrupción Lahav 433 interrogaron a Netanyahu en su residencia de Jerusalén. Será su primer interrogatorio desde marzo y su quinta sesión desde que fue declarado sospechoso en el Caso 1000 y el Caso 2000 a finaleses del año pasado.
En el caso 1000 se acusa al primer ministro y a su esposa por aceptar regalos ilegales de prominentes hombres de negocios israelíes, sobre todo cientos de miles de shekels en cigarros y champán del productor de Hollywood nacido en Israel Arnon Milchan. Netanyahu niega tales acusaciones, aclarando que los obsequios no eran no sobornos e insistiendo en que los bienes eran solo obsequios entre amigos cercanos.
A principios de esta semana, el embajador israelí en Estados Unidos, Ron Dermer, fue citado por la policía para testificar sobre el caso. Según los informes, Dermer confirmó que, bajo la dirección de Netanyahu, solicitó al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que le otorgara una visa estadounidense a Milchan.
En el caso 2000 se acusa a Netanyahu de intentar comprar una cobertura favorable de los periódicos con Arnon Mozes, el editor del diario de circulación masiva Yedioth Ahronoth. Se alega que Netanyahu trató de negociar un acuerdo con Mozes, ofreciendo una legislación que impediría las actividades del periódico rival de Mozes, Israel Hayom, a cambio de una cobertura más favorable de los medios sobre el primer ministro y sus políticas.
La policía sospecha además que a cambio de detener a Israel Hayom, Mozes ofreció contratar periodistas recomendados por Netanyahu para socavar a los políticos rivales.
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También se espera que Netanyahu sea interrogado de nuevo hoy en relación con el Caso 3000, también conocido como el "escándalo submarino", aunque no como sospechoso. Anteriormente, también fue interrogado en relación con el Caso 4000, en el que se sospecha que un asociado cercano de Netanyahu proporcionase información confidencial a la mayor empresa de telecomunicaciones de Israel.
En respuesta a las acusaciones, el partido Likud de Netanyahu anunció el mes pasado que propondría un nuevo proyecto de ley para otorgar inmunidad a los miembros de la Knesset -el parlamento israelí- ante cualquier investigación por corrupción. Sin embargo, el proyecto de ley ha dividido a los políticos israelíes, deteniendo su avance en el parlamento.
Aunque esta posible ley no protegerá al actual primer ministro, los observadores y los miembros de la oposición esperan que Netanyahu convoque elecciones anticipadas con la esperanza de asumir otro mandato en un esfuerzo por evadir la ola de acusaciones de corrupción que lo rodean.
Netanyahu no es el primer líder israelí en enfrentar una investigación criminal. El ex primer ministro Ehud Olmert fue declarado culpable de abuso de confianza y soborno en 2014, cumpliendo 16 meses de un período de 27 meses, y Ariel Sharon fue interrogado mientras ocupaba el cargo por denuncias de ilegalidades de soborno y financiación de campañas.
Pese a que Israel se refiere a sí mismo como la "única democracia en Oriente Medio", los recientes escándalos de corrupción que involucran a Natanyahu ponen en entredicho la transparencia del sistema político hebreo.
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