El presidente de Líbano pidió el sábado a Arabia Saudí que aclare por qué el primer ministro libanés, Saad al-Hariri, no ha podido salir de Arabia Saudí y regresar a su país.
Un alto funcionario libanés declaró que el presidente Michel Aoun comunicó a los embajadores extranjeros que Hariri, que renunció repentinamente mientras estaba en Arabia Saudí hace una semana, había sido "secuestrado" y debería poder beneficiarse de la inmunidad como primer ministro.
"Líbano no acepta que su primer ministro se encuentre en una situación que no concuerda con los tratados internacionales", declaró Aoun en un comunicado.
La renuncia de Hariri, que sorprendió incluso a sus colaboradores más cercanos, ha sumido a Líbano en una crisis. Ha llevado al país de nuevo a la lucha de poder entre los sunníes de Arabia Saudí y los chiíes de Irán, una rivalidad que ha provocado trastornos en Siria, Irak, Yemen y Bahrein.
Aoun agregó que cualquier cosa que Hariri haya dicho o pueda decir "no refleja la realidad" , debido al misterio que rodea su situación debido a su "renuncia" realizada desde Arabia Saudí.
Las autoridades libanesas creen que Riad retiene a Hariri, según las fuentes del gobierno.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que hizo una visita no programada a Riad esta semana, telefoneó a Aoun el sábado para hablar de la crisis, ya que el gobierno francés cree que el primer ministro probablemente esté retenido.
Riyadh ha declarado que al-Hariri es libre y había decidido renunciar porque el aliado libanés de Irán, Hezbollah, estaba tomando las decisiones en su gobierno de coalición.
Los países occidentales han percibido con alarma el aumento de las tensiones regionales.
Al-Hariri no ha hecho declaraciones públicas desde que renunció la semana pasada, cuando declaró que temía su asesinato y acusó a Irán junto con Hezbollah de sembrar conflictos en el mundo árabe.
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La renuncia de al-Hariri, un magnate de los negocios cuya familia hizo fortuna en Arabia Saudí, ocurrió al mismo tiempo que una ola de arrestos de príncipes y empresarios saudíes acusados de corrupción por el príncipe heredero Mohammed Bin Salman.
Un alto político libanés cercano a al-Hariri ha declarado:
"Cuando fue [a Arabia Saudí] le pidieron que se quedara allí y le ordenaron que renunciara. Le ordenaron que leyera su declaración de renuncia y lo han mantenido retenido desde entonces."
Dos funcionarios estadounidenses declararon que los saudíes, dirigidos por el príncipe heredero Mohammed, habían "alentado" a Hariri a abandonar el cargo.
La cuarta fuente declaró: "Sus movimientos están controlados por los saudíes, por lo que su capacidad de actuación es limitada".