Gaza sufre ya el inicio temprano de la frustración con los resultados del proyecto de “reconciliación”, ya que las señales apuntan claramente a que el presidente Mahmoud Abbás no pretende realmente que se cumpla lo que se acordó recientemente en El Cairo.
Hay pruebas de que el líder que reside en Ramallah intenta convertir a la Franja de Gaza en un escenario para reproducir la miserable experiencia de su autoridad en la Cisjordania ocupada. Estas pruebas incluyen claros indicios de que el principal objetivo del presidente con la “reconciliación” es liquidar la estructura de la resistencia en Gaza.
No hay duda de que la acción más peligrosa de Abbás y su equipo indica que sus exigencias de “empoderar” a la Autoridad Palestina en Gaza significan acabar por completo con las fuentes de resistencias. Pretenden hacerlo creando las condiciones para que surja un entorno de seguridad propicio para este fin.
Varias personas cercanas a Abbás no dudaron en decir que el “empoderamiento” supone darle el poder absoluto a la AP “sobre y debajo el terreno”. Esto se entiende como que Abbas no permitirá la continuada existencia de la red defensiva y ofensiva de túneles, establecida por los movimientos de resistencia. Muchos miembros de la resistencia dieron su vida y se han invertido grandes sumas de dinero en la construcción de estos túneles.
No hay necesidad de recordar que los túneles son la estrategia defensiva más importante de los grupos de resistencia, la cual, hasta cierto punto, reduce las capacidades del ejército de ocupación israelí de beneficiarse de su fuerza aérea y de sus vehículos armados durante las ofensivas militares contra el pueblo de Gaza.
Leer: Empujando a Gaza al suicidio: las políticas de la humillación.
Si tenemos en cuenta la información que reveló el Channel 2 israelí el 27 de octubre, es decir, que se había producido un cambio “positivo” absoluto hace poco en la cooperación de seguridad entre la AP e Israel, esto significa que, incluso si Abbas es incapaz de emplear el acuerdo de reconciliación para que afecte directamente a las capacidades de resistencia de Palestina, otorgarle luego cualquier clase de autoridad de seguridad facilitará la tarea de Israel de preparar una serie de objetivos que pueden ser atacados en cualquier guerra futura. Esto puede producirse al explotar la cooperación de seguridad con la AP.
Al mismo tiempo, todo indica que la repentina visita del presidente Abbás a Riad y la urgente invitación del gobierno saudí tiene que ver con acuerdos para reformular y reestructurar el panorama regional para que se alinee con los intereses de Israel. Según Haaretz, la repentina convocatoria de Abbás en Riad, a pesar de los grandes desarrollos domésticos en Arabia Saudí, se produjo para discutir las formas y los medios de implementar la visión común formulada por Jared Kushner, asesor jefe y yerno del presidente estadounidense Donald Trump, en su visita a la región.
Hay pruebas de que las acciones regionales y de EEUU pretenden emplear la reconciliación palestina en su esfuerzo por limitar la influencia iraní en Palestina. Esto es especialmente cierto tras las frecuentes visitas recientes de delegaciones de Hamás a Teherán. La cuestión que se plantea aquí es: ¿qué tienen que hacer la AP y Abbás para asegurar que Hamás no se relacione con Irán, especialmente tras conseguir la reconciliación con Fatah?
¿Creen Estados Unidos y las potencias regionales que se puede lograr este objetivo dejando a Abbas seguir con sus medidas punitivas contra la Franja de Gaza? Estas medidas se han incrementado e intensificado tras el acuerdo de reconciliación, para así presionar a Hamás a que acceda a reducir su relación con Irán y obligarle a dejar las armas, a cambio de mejorar la situación en la Franja de Gaza e implementar proyectos de reconstrucción.
Otra posibilidad, que no puede descartarse, es que las fuerzas regionales y EEUU estén interesados en contener a Hamas tomando medidas que llevarán a mejorar inmediatamente las condiciones económicas y de vida en Gaza. Se supone que esto convencería a los palestinos de Gaza de que tienen mucho que perder si Hamas se niega a abandonar las armas, o, al menos, a dejar de fortalecer sus capacidades militares.
Leer: Las madres de Palestina son tratadas cruelmente, y no sólo por Israel
El uso del “palo” cuando se trata con Hamás tras el acuerdo de reconciliación, es decir, lo que está haciendo Abbás, podría llevar al movimiento a devolverle la jugada a todos e iniciar un enfrentamiento contra Israel, lo que complicaría aún más todo. Esto no beneficiaría a los intereses de la visión saudí-americana en la región. Egipto lo sabe, y ha expresado dudas con respecto a las últimas acciones de Abbás en Gaza.