Dos proyectos de resolución rivales, uno estadounidense y otro ruso serán votados por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dos proyectos para ampliar el trabajo de la Comisión Internacional de Investigación sobre los ataques con armas químicas en Siria.
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El jueves a medianoche terminará el mandato de la comisión conjunta de las Naciones Unidas y de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, conocida como “Mecanismo de investigación conjunta”, que se creó con el objetivo de investigar estos ataques. Ésta comisión ha llegado a la conclusión de que las fuerzas del régimen sirio del presidente Bashar al-Assad utilizaron gas sarín, un material químico muy venenoso y prohibido por la convención de Ginebra, en un ataque llevado a cabo el 4 de abril pasado.
Sin embargo, las diferencias en torno a esta cuestión siguen entre los Estados Unidos y Rusia.
Así, mientras que Washington quiere extenderla sin ninguna enmienda, Moscú quiere que se revisen las funciones y la composición de la comisión de investigación antes de extender el mandato.
Así, el proyecto de resolución que presenta Washington pretende extender los trabajos de esta comisión durante un año, y que en el transcurso de este tiempo se investiguen las identidades de los responsables de estos ataques con armas químicas ocurridos en Siria.
Mientras, el proyecto de resolución presentada por Moscú, aliada del régimen sirio, pide que se reconsidere el mandato de la Comisión y la congelación de los resultados de su trabajo, y el regreso de los investigadores a Siria para llevar a cabo investigaciones de campo durante un año.
El mes pasado, un informe emitido por este Mecanismo de Investigación Conjunta, compuesto por especialistas de las Naciones Unidas y de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, acusó a la Fuerza Aérea Siria del bombardeo con gas sarín sobre Khan Sheikhun, ciudad de la provincia de Idlib (norte de Siria) controlada por la oposición, en el que murieron más de 80 personas.
Pero Rusia se ha negado a reconocer los resultados de esta investigación con el argumento de que los investigadores no viajaron a Khan Sheikhun y trabajaron con muestras que podrían haber sido manipuladas por los servicios de inteligencia occidentales.
Para que uno de estos dos proyectos salga adelante es esencial que logre en el Consejo de Seguridad, compuesto por 15 miembros con derecho a voto, una mayoría de más de nueve votos, y que además ninguno de los cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia) utilice el derecho de veto en contra de él.
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