Los negocios de construcción del primer ministro libanés Saad al-Hariri se está desmoronando según un informe del Wall Street Journal (WSJ).
La carrera política de al-Hariri y su imperio empresarial se han construido durante décadas de apoyo de la familia real saudí. Ahora se dice que ambos se están colapsando.
Saudi Oger Ltd, la compañía propiedad de la familia al-Hariri, ha cerrado sus operaciones en Arabia Saudí este verano después de que la familia real saudí recortara el gasto en grandes proyectos de construcción. La compañía, informó WSJ, ahora depende del gobierno saudí para pagar millones de dólares en salarios a ex empleados.
Se sugiere que la precaria situación del imperio comercial de al-Hariri está relacionada con el anuncio de su reciente renuncia en Riad.
La influencia de Arabia Saudí sobre la familia al-Hariri se remonta a la década de 1980, cuando Rafiq al-Hariri, padre de Saad al-Hariri, hizo su fortuna tras mudarse a Arabia Saudí desde Líbano, cuando era adolescente. Saudi Oger, la compañía que fundó, se convirtió rápidamente en un negocio multimillonario, debido a los grandes contratos otorgados por la familia real saudí. La empresa de construcción apoyó a todo el imperio financiero y político de al-Hariri.
Rafiq al-Hariri regresó a Líbano como un hombre rico, entró en la política, se convirtió en primer ministro por primera vez en 1992 y utilizó su riqueza para financiar su campaña, mientras que el apoyo que recibió de la familia real saudí ayudó a construir su base de apoyo entre la comunidad sunní libanesa.
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Después del asesinato en 2005 de Rafiq al-Hariri, Saad al-Hariri asumió las responsabilidades de los deberes políticos y comerciales de su padre.
Mohammad Bin Salman al Saud, príncipe heredero de Arabia Saudí [es.kremlin.ru]
Los problemas comenzaron a aumentar para el imperio al-Hariri después de que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman, reforzó los gastos para lidiar con la recesión. Las medidas que introdujo afectaron a los proyectos de construcción multimillonarios, incluidos los supervisados por Saudi Oger.
Saudi Oger luchó para pagar los salarios de miles de sus empleados, incluidos altos empresarios franceses. Según el WSJ, al-Hariri les dijo repetidamente a los diplomáticos franceses que su compañía estaba trabajando para pagar los salarios atrasados. Incluso se dice que el embajador de Francia en Arabia Saudí escribió una carta muy enérgica a al-Hariri en junio de 2016 exigiendo el pago.
En este punto, el gobierno saudí ha intervenido y ha pagado a los empleados franceses el equivalente a nueve meses de salario, que costó al Reino millones de dólares, según el informe del WSJ.
Los problemas de Arabia Oger no terminan aquí. En 2016, el Ministerio de Finanzas saudí exigió documentos de la compañía sobre sus prácticas de gasto. Los banqueros que trabajaron para la compañía declaran que presentaron diferentes escenarios para salvarlo. El WSJ también declaró que Saudi Oger había vendido su participación en un banco jordano por alrededor de 1 mil millones de dólares para recaudar fondos.
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