El general de división retirado y dirigente del conglomerado de fuerzas que apoyan al parlamento libio, Khalifa Haftar, ha anunciado que el plazo de validez del acuerdo político firmado entre las partes contendientes en la crisis de Libia, firmado en la ciudad marroquí de Skhirat, expiró el domingo.
Haftar se negó a depender del apoyo de las instituciones emanadas del acuerdo político patrocinado por la ONU, que tenía una validez de dos años. De esta forma, enviaba una señal al Consejo Presidencial del gobierno de concertación dirigido por Faiz al Sarraj.
La agencia Anadolu ha indicado que la exposición de razones del general retirado se produjo durante un discurso televisado dirigido al pueblo libio en su conjunto ofrecido el 17 de diciembre, fecha que algunas de las partes presentes en Libia consideran la fecha de expiración de la legitimidad del Consejo Presidencial. Por su parte, la misión de la ONU para Libia lleva largo tiempo diciendo que esta cuestión “no es cierta”.
Haftar dijo que con la llegada del 17 de diciembre de 2017, es decir, ayer, se acababa la validez del llamado "acuerdo de concertación", expirando con él "de forma automática, todas las entidades emanadas de su legitimidad, que empezaron a presentar aspectos controvertidos desde su misma constitución”.
En este contexto, declaró su negativa a someterse a "cualquier parte, con independencia de su fuente de legitimidad, que no haya sido elegida democráticamente por el pueblo libio".
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Por su parte, Ghassan Salama, el enviado de la ONU a Libia, en su primera reacción ante las declaraciones de Haftar, lanzó un llamamiento a todos los partidos libios a que "se abstengan de debilitar el proceso político".
Salama añadió en un comunicado publicado en la página oficial de la misión de la ONU para Libia, coincidiendo con el paso de dos años desde la la firma del acuerdo político en Skhirat, que los libios "aspiran a un Estado que funcione proporcionando amplios servicios, desde seguridad pública a salud y educación, y esto es precisamente lo que intenta conseguir el plan de acción diseñado y ejecutado por las Naciones Unidas".
Ghassan Salama también instó "a todas las partes a escuchar la voz de sus conciudadanos, y a abstenerse en emprender cualquier tipo de acciones que puedan debilitar el proceso político". También ha destacado la vigilancia de la misión de la ONU para Libia a la hora de "proporcionar el apoyo técnico necesario a la Alta Comisión Electoral Nacional, que está intentando con intensidad encontrar las condiciones políticas, legislativas y de seguridad adecuadas para que se celebren las elecciones programadas para celebrarse antes del final de 2018".
Hoy se cumplen dos años de la firma del acuerdo político de Libia que suscribieron diversas partes en liza en Libia en la ciudad marroquí de Skhirat, después de un año de negociaciones entre ellos. Sin embargo, Libia no ha llegado a ser un territorio en paz y seguridad debido a los numerosos obstáculos encontrados por el proceso, principalmente la ambición militar y política del propio Haftar.
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Tras la alineación del Parlamento surgido tras el proceso electoral parlamentario celebrado a mediados de 2014 junto con Hafter, estalló una brutal guerra en Trípoli entre las "Fuerzas del Amanecer Libio", enfrentadas a Haftar, y las “Fuerzas del Zintaan”, leales al Parlamento y a Haftar. Simultáneamente, se desarrollaba otro conflicto entre las fuerzas de Haftar y el Consejo de la Shura de Bengasi.