El uso de las redes sociales se ha multiplicado tras los acontecimientos de la Primavera Árabe y las revoluciones de Túnez y Egipto en particular, seguidas de Siria, Libia y Yemen. Sin embargo, las redes sociales siempre se han utilizado mucho en la mayor parte del mundo árabe, sobre todo en las sociedades más conservadoras, que no permitían el flujo libre de información, como en Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. De hecho, el primero tiene el mayor crecimiento de la comunidad de Twitter en todo el Consejo de Cooperación del Golfo.
Las redes sociales abren otras puertas a un discurso público nuevo, principalmente debido a su impacto y a su alcance. La naturaleza de la opinión popular ha cambiado, y también el contenido de los mensajes políticos y sociales y, lo más importante, el impacto de las redes sociales se ha convertido en un factor decisivo a la hora de tomar decisiones incluso a nivel oficial, donde varios ministros han sido despedidos de sus puestos en el Golfo debido a vídeos filtrados en las redes sociales que obligaron a los gobiernos a intervenir y tomar medidas a nivel tanto ejecutivo como político. Las sociedades del Golfo son socialmente abiertas, pero políticamente cerradas. El poder político se limita a las familias reales, que, a su vez, han determinado los roles de cada parte y la influencia en la vida política en particular y de la vida pública en general. El control absoluto de las familias gobernantes sobre los medios limitaba el impacto de éstos, y los convertía en un mero reflejo de la visión de las élites gobernantes.
Con el crecimiento de los medios independientes, como Al Jazeera en 1996, y, lo más significativo, de las redes sociales, como Facebook, Twitter o Instagram, surgió el concepto del periodismo ciudadano. La influencia de este tipo de medios se ha multiplicado en la vida pública, y los habitantes del Golfo los podían usar a menudo. El porcentaje de usuarios de estos medios en los países del Golfo Pérsico es el más alto de la región. Los ciudadanos del Golfo los utilizan con fines sociales y para enviar mensajes políticos, lo cual jugó un papel importante a la hora de cambiar el concepto de sociedades cerradas.
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Los sociólogos definen una sociedad cerrada como una en la que el papel y la función de los individuos no cambian en teoría. Dicho de otra forma, no tienen derechos políticos que les permitan asumir cierta influencia en la vida pública, especialmente en sociedades que aún mantienen el sistema de clases, como en la India. El estatus social de una persona se asigna al nacer, y es un estatus que está determinado toda la vida, sin posibilidad de subir ni de bajar. Así nos referimos al sistema de clases sociales, en el que las personas no pueden moverse libremente de una clase a otra; es un ejemplo de un sistema de clases sociales cerrado. Está prohibido el matrimonio con miembros de otra clase social. El sistema de clases de India, que fue oficialmente abolido por el gobierno en 1949, fue una parte esencial de la vida durante 2.500 años.
En su libro La sociedad abierta y sus enemigos, Karl Popper intentó hacer una distinción entre sociedad abierta y cerrada, y la aplicó a la teoría social. Popper rechazó las teorías de Platón, Hegel y Marx, que hablaban de la presencia de leyes históricas y de un destino humano que puede conocerse, algo que consideraba científicamente inaceptable y políticamente peligroso. Todas estas teorías podían desembocar en regímenes autoritarios e inhumanos, a los que llama sociedades, ya que se cerraban ante los procesos de cambio social y político normales. Al contrario, las sociedades abiertas se basan en la actividad, creatividad e innovaciones de sus ciudadanos, y se desarrollarán de manera impredecible mediante una ingeniería social gradual. Estas son sociedades sociales, donde las políticas sociales están sujetas a consecuencias involuntarias. Deben ser tanto liberales como democráticas, en el sentido en que sus gobernantes tienen que renunciar a su puesto cuando están sujetos a críticas justificadas. Por lo tanto, está muy clara la diferencia implícita entre el régimen totalitario de lo que era entonces, cuando lo escribió Popper, en una sociedad cerrada de la Unión Soviética, y las democracias occidentales o las sociedades abiertas.
Según Popper, el totalitarismo no fue único del siglo XX. La ideología totalitaria proviene de una tradición muy antigua o similar a nuestra civilización. En La sociedad abierta, rastreó los orígenes del totalitarismo hasta la antigua Grecia. Descubrió el surgimiento de lo que llamó la primera sociedad abierta en la Atenas democrática del V siglo a.C., y, según él, los atenienses fueron los primeros en vivir con sus propios valores. Las fuerzas reaccionarias no se vieron perturbadas por la inestabilidad y los rápidos cambios políticos que supone la sociedad abierta. Sin embargo, trabajaron día y noche para que Atenas volviera a ser una sociedad caracterizada por una jerarquía rígida, de acuerdo con las costumbres tribales, y con una punzante falta de respeto por el poder y la tradición.
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Para Popper, lo que abre las sociedades es el individualismo, la libertad y la responsabilidad personal. Aunque esto deja a muchos con una sensación de aislamiento y preocupación, esta sensación debe existir si queremos obtener las ventajas de vivir en una sociedad abierta: progreso y libertad social, más conocimiento y mejor cooperación. “Es el precio a pagar, porque somos humanos”.
Una de las características más importantes de las sociedades cerradas es la falta de libertad de información y la dificultad para saber la verdad u obtener conocimientos. Con la llegada de internet y las redes sociales, ahora todos podemos acceder a conocimientos. Puede que las autoridades puedan bloquearlo durante un período específico de tiempo, pero esto sólo alimenta más el deseo de la gente de conocer la verdad.
Por lo tanto, en las sociedades cerradas, las redes sociales pueden ayudar al pueblo a diseñar estrategias para liberarse del control oficial de la verdad, extender el modelo de la opinión política basada en la opinión social, y promover discusiones grupales vía redes virtuales. Existe un declive en el dominio de los medios oficiales en los regímenes cerrados, en favor de las redes sociales, donde hoy Facebook y Twitter son la principal fuente de información para las comunidades desarrolladas y abiertas, y casi la única en las cerradas, donde todos pretenden construir una realidad con lo que les han vendido los medios oficiales.
A medida que crecen las dudas sobre la ‘verdad oficial’, las redes sociales se convierten en la clave para desvelar la verdad, en ocasiones dándole la vuelta y encontrando una alternativa.
Este artículo fue publicado originalmente en árabe en Al-Araby Al-Jadeed el 18 de diciembre de 2017.