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Mientras las protestas se propagan en Irán, Trump debe decidir sobre la reactivación o no de las sanciones

Donald J. Trump [Gage Skidmore/Flickr]

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha manifestado su apoyo a las protestas antigubernamentales que se vienen sucediendo estos días en Irán, pero en dos semanas tiene que tomar una decisión sobre la política de Estados Unidos hacia la República Islámica que de repente parece conllevar un riesgo mayor al de hace una semana.

Los seis días de manifestaciones en varias ciudades iraníes comenzaron en protesta por las condiciones económicas, y Trump debe decidir a mediados de enero si continuará renunciando a imponer las sanciones de Estados Unidos sobre las exportaciones petroleras de Irán, bajo los términos del acuerdo nuclear internacional.

Si vuelve a imponer sanciones al petróleo, podrían aumentar las dificultades económicas para los líderes de Irán. Pero los analistas dijeron que también podría enviar un mensaje equivocado sobre el apoyo de Estados Unidos al pueblo de Irán en medio del desafío más audaz que éste está plantando al liderazgo gubernamental en una década.

Las exenciones de sanciones fueron incluidas en el pacto nuclear alcanzado en 2015 con Irán, que alivió la presión económica sobre Teherán a cambio de límites en su programa nuclear.

Trump ha criticado en repetidas ocasiones el trato y prometió negociar uno mejor. La reimposición de las sanciones petroleras esencialmente mataría el acuerdo.

La reactivación de las sanciones a la principal exportación de Irán permitiría a Teherán argumentar que Estados Unidos es en última instancia la causa de los problemas económicos de Irán, dijo Richard Nephew, quien trabajó en la política de sanciones en la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama.

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"Digamos que Trump se mostró inclinado a no renovar las exenciones. Creo que (las protestas) hacen que sea muy difícil para él hacer eso ahora porque eso podría ser utilizado por el régimen de una manera que francamente no creo que la administración vaya a querer hacer ", dijo Nephew, ahora en el Centro de la Universidad de Columbia sobre Política Energética Global.

La portavoz de la Casa Blanca Sarah Sanders dijo el martes que Trump no ha tomado una decisión final sobre si suspender las sanciones. Cuando se le preguntó si las protestas habían cambiado el cálculo de Trump, ella respondió: "No necesariamente".

Ray Takeyh, experto en Irán y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, dijo que los líderes de Irán culparán a Estados Unidos y a otras potencias extranjeras de los problemas internos, sin importar lo que haga Washington.

"El argumento del régimen de que el mundo está en contra de nosotros es una constante durante 38 años", dijo Takeyh en una entrevista telefónica. "La óptica de renunciar a las sanciones en medio de todo esto, simplemente no se ve bien".

Takeyh y tres funcionarios estadounidenses expertos en Irán dijeron que las protestas socavaron al presidente iraní Hassan Rouhani, político relativamente moderado que asumió el cargo en 2013 prometiendo mejorar la economía de Irán, más de lo que amenazan a los clérigos gobernantes del país.

El ex director de la CIA John Brennan dijo en una publicación de Twitter que la administración Trump, con su condena de Irán y eel acuerdo nuclear durante el año pasado, ha desaprovechado la oportunidad de impulsar a los reformistas en Irán y promover un cambio político pacífico.

"Fanfarronear no es una estrategia ni un mecanismo para el ejercicio del poder y la influencia de Estados Unidos", escribió Brennan.

Sin embargo, en los últimos días, Trump y sus principales ayudantes han trazado un curso más cuidadoso en su reacción ante las manifestaciones, que han provocado al menos 21 muertes y cientos de arrestos.

Trump dijo el martes en un tweet que el gobierno de Teherán es un "régimen brutal y corrupto". Pero él y otros funcionarios estadounidenses se han negado a sugerir que Washington busque el derrocamiento de la teocracia islámica de Irán, limitándose a pedir a las autoridades iraníes que respeten los derechos de los manifestantes.

La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, instó el martes a las fuerzas de seguridad iraníes a moderarse para hacer frente a las protestas y pidió a Teherán que restablezca el acceso a los páginas de redes sociales que han sido restringidas.

Leer: Rouhani califica de “ignorante, absurdo y odioso” el discurso de Trump en la ONU

Nauert sugirió que el gobierno de Estados Unidos podría imponer sanciones contra los funcionarios iraníes que repriman las protestas pacíficas.

Otro funcionario estadounidense dijo que no se puede formular una respuesta política coherente a los acontecimientos de Irán hasta que Washington comprenda mejor la composición de los manifestantes, la amplitud de las quejas económicas y políticas que los impulsan y la amenaza que representan para el gobierno.

Estados Unidos no ha tenido presencia diplomática en Irán desde su Revolución Islámica de 1979, lo que limita su capacidad de interpretar los acontecimientos.

El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, dijo que el esfuerzo principal de Washington ahora era "tratar de hacerse una idea de quién está detrás de esto, cómo es de grande y qué camino seguirá".

 

 

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