La inmigración de etíopes a Arabia Saudí se puede remontar a la llegada del islam y a la búsqueda de oportunidades de negocios. Arabia Saudí en particular siempre ha sido atractiva para los etíopes por varias razones históricas: los primeros musulmanes árabes del Hiyaz, donde se ubica la actual ciudad de La Meca y sus alrededores, fueron guiados por el profeta Mohammed a buscar refugio en Abisinia, lugar que muchos investigadores sitúan en la Etiopía de hoy. Los árabes musulmanes llegaron primero al Imperio de Askumite, donde Ashama ibn Abjar, un “gobernante cristiano, les recibió y les permitió albergarse en Negash, un pueblo de la región de Tagray.” Por lo tanto, podría argumentarse que, para algunos etíopes, la relación histórica con el Hiyaz tuvo importancia a la hora de tomar la decisión de migrar hacia Arabia Saudí. Además de la cuestión socioeconómica, de la que hablará este artículo en los próximos párrafos, existe otra razón por la que se han tomado medidas enérgicas hacia los inmigrantes etíopes indocumentados en Arabia Saudí: la reacción contra la posición política de Etiopía respecto a la actual crisis del Golfo. Cuando Emiratos Árabes Unidos (EAU), Arabia Saudí, Bahréin y Egipto llevaron a cabo un bloqueo contra el Estado de Qatar, estos países presionaron a las naciones africanas para unirse a su causa. Algunos de los países africanos sucumbieron a la presión, pero la mayoría no lo hizo, entre ellos Etiopía. Según el jeque Mohammed bin Abdurrahman, ministro de Exteriores de Qatar, “los cuatro países movilizaron a todos sus oficiales en el continente al principio de este bloque para presionar a los Estados árabes a adoptar las mismas medidas que ellos.”
Además, mientras que muchos etíopes fueron bien recibidos en Arabia Saudí cuando la economía del país estaba en auge, a lo largo de los años las cosas han cambiado, y la economía ha empezado a ralentizarse. Arabia Saudí lleva décadas beneficiándose de los inmigrantes de países pobres, particularmente de Etiopía. Cientos de etíopes acudieron en masa a Arabia Saudí para contribuir a su economía y buscar una vida mejor. Sin embargo, la saturación de trabajadores inmigrantes africanos y asiáticos y la caída de la economía ha hecho cambiar la actitud respecto a la inmigración. Además, los cambios de las leyes saudíes sobre la participación de las mujeres en la economía y la decisión de otorgarles permiso para conducir también han impactado negativamente en el destino de los inmigrantes, que, en su mayoría, trabajan como conductores o trabajadores domésticos. Según el The New York Times, “Arabia Saudí anunció que permitiría a las mujeres conducir, acabando con una larga política que se había convertido en un símbolo global de la opresión de la mujer en el reino ultraconservador.”
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El príncipe heredero Mohammed bin Salman ha implantado varios cambios económicos y sociopolíticos en Arabia Saudí. En 2016, el país anunció que había adoptado una nueva estrategia sociopolítica, el conocido como proyecto Visión 2030. Esta ambiciosa estrategia pretende revisar, en general, la economía y la sociedad saudíes, privatizando la gran mayoría de sus empresas públicas, entre ellas Aramco, la mayor empresa de Arabia Saudí. También se comprometió a invertir en infraestructuras públicas y sociales, incluidos el turismo y el desarrollo de capital humano. El énfasis está en fomentar la participación de los saudíes, tanto hombres como mujeres, en todos los sectores de la economía. En Arabia Saudí ha florecido una economía informal paralela que ha utilizado los servicios de la mano de obra ilegal e indocumentada. El gobierno de bin Salman busca racionalizar la economía mediante la erradicación de lagunas económicas, incluida la “explotación de los inmigrantes indocumentados”. En marzo de 2017, Arabia Saudí ordenó a todos los inmigrantes etíopes sin papeles que se marcharan voluntariamente. Desde entonces, “70.000 inmigrantes etíopes ilegales han sido expulsados del reino del Golfo, a medida que el país intenta reducir su dependencia de los millones de trabajadores inmigrantes.” Según Human Rights Watch, el proceso de deportación ha estado plagado de abusos contra los derechos humanos. Se dice que muchos de los detenidos han sido repetidamente golpeados y retenidos en instalaciones inhumanas por toda Arabia Saudí. La vida en el reino se ha vuelto difícil para muchos inmigrantes africanos, y los casos de maltrato y racismo son endémicos. En abril de 2015, un joven saudí publicó un “selfie” enfrente de un inmigrante africano que buscaba en la basura en la ciudad costera de Yedda. El vídeo generó reacciones encontradas en las redes sociales; muchos lo condenaron. Lo que reflejaba el vídeo era la situación de los inmigrantes africanos en Arabia Saudí.
El momento elegido para comenzar la represión contra los inmigrantes ilegales sin papeles en Arabia Saudí ha levantado sospechas por su coincidencia con acciones y discusiones similares en Israel y Estados Unidos. Últimamente se ha producido una convergencia política cada vez mayor entre estos tres países. La visita del príncipe heredero saudí, Mohammad bin Salman, a Israel, y la visita de Jared Kushner, asesor principal de Trump, a Arabia Saudí ha dado credibilidad a este argumento. Esta teoría sugiere que, desde la elección de Donald Trump en EEUU, Israel y Arabia Saudí parecen haber encontrado puntos en común respecto a varios aspectos globales, incluida la inmigración.