En lugar de culpar a otros, el Líder Supremo, el Ayatolá Ali Jamenei, debería asumir la responsabilidad de las deficiencias económicas y políticas de Irán, declaró un líder de la oposición bajo arresto domiciliario, en una carta publicada el martes.
Mehdi Karrubí acusó a la principal autoridad iraní de abuso de poder y lo instó a cambiar la forma en que dirige la República Islámica antes de que sea demasiado tarde.
"Ha sido el principal líder de Irán durante tres décadas, pero todavía habla como si perteneciera a la oposición", declaró Karrubí en una carta abierta a Jamenei, publicada en Saham News, la página web oficial de su partido político reformista.
Por "oposición", Karrubí quiso decir que Jamenei, cabeza de una teocracia chií, no debería estar ser la máxima autoridad del país mientras critica al gobierno del presidente electo Hassan Rouhani, un pragmático que quiere liberalizar la economía, dominada por la élite de la Guardia Revolucionaria y otros aparatos estatales.
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"Durante las últimas tres décadas, ha eliminado las principales fuerzas revolucionarias para implementar sus propias políticas, y ahora debe enfrentarse a las consecuencias", agregó Karrubí.
Karrubí, de 80 años, un clérigo chií como Jamenei y su compañero reformista Mirhossein Mousavi se presentaron a las elecciones de 2009 y se convirtieron en cabezas de cartel para los iraníes que organizaron protestas masivas después de que el conservador presidente Mahmoud Ahmadinejad regresara al poder tras una votación que se creyó fraudulenta. Las autoridades lo negaron.
Karrubí, Mousavi y la esposa de este último, Zahra Rahnavard, han estado bajo arresto domiciliario desde 2011 sin juicio, por orden directa de Jamenei.
El Líder Supremo es el comandante en jefe de las fuerzas armadas de Irán y nombra a los jefes de la judicatura. Los ministros clave del gabinete se seleccionan con su aprobación y él tiene la última palabra sobre la política exterior de Irán y el programa nuclear.
En comparación, el presidente ejerce poco poder.
Karrubí también criticó a Jamenei por permitir que la Guardia Revolucionaria asumiera un papel dominante en la economía, ya que "ha empañado la reputación de este cuerpo revolucionario y lo ha ahogado en una corrupción masiva".
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Declaró que bajo el liderazgo de Jamenei, los cuerpos formados al comienzo de la Revolución de 1979 para erradicar la pobreza se habían convertido en órganos que poseían la mitad de la riqueza de Irán sin que hubiera una organización de supervisión que pudiera evaluar las acciones llevadas a cabo por estos cuerpos estatales.
Más de 10 millones de iraníes, de entre los 80 millones que conforman el país, viven actualmente en la pobreza absoluta, declaró Karrubí citando cifras oficiales.
"Bajo tales condiciones, es natural que las clases bajas, que fueron los seguidores de la Revolución iraní, se conviertan en un polvorín", declaró Karrubí.
Karrubí, ex presidente del parlamento, ha sido acusado por las autoridades del ala dura de ser un "sedicioso" y un "traidor".
En una carta pública a Rouhani en 2016, le pidió al "régimen despótico" que le concediera un juicio público para que pudiera escuchar la acusación contra él y defenderse.
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