El Mufti de Túnez -la máxima autoridad en materia religiosa- ha afirmado que celebrar el Día de San Valentín no contradice los principios islámicos, siempre y cuando "no transgreda las buenas costumbres".
En una entrevista con el periódico Akher Khabar, Othman Battikh explicó que "celebrar el amor no es un pecado" y criticó a aquellos que dicen que esa celebración no es islámica porque proviene de las tradiciones cristianas.
El hecho de celebrarlo "no significa que uno abrace la religión cristiana", agregó. "Todo lo que una a la gente es algo bueno y necesario".
Deplorando la intolerancia frente a las muchas oportunidades que hay para predicar el amor, el Mufti dijo:
“El amor es uno de los valores del Islam, el Islam es el amor de Allah y el amor a los demás.”
En países como Pakistán, por ejemplo, las festividades públicas del Día de San Valentín están prohibidas desde 2017 debido a una decisión del Tribunal Superior de Islamabad, que considera la celebración como llena de "inmoralidad e indecencia". Las mismas actitudes se comparten en Arabia Saudí, Irán, Malasia e Indonesia.
Sin embargo, desde una perspectiva global, Oriente Medio es la única región que registra un aumento en las compras de tarjetas del Día de San Valentín con un aumento del 107% anual. En regiones como el Golfo, los gastos que rodean el festival generalmente giran en torno a la joyería y los viajes, a diferencia de las tarjetas y flores que siempre han sido más tradicionales.