Un convoy de ayuda humanitaria compuesto por nueve camiones que transportaban alimentos, productos sanitarios y otros suministros para unas 7.200 personas llegó el miércoles pasado al asediado enclave de Ghouta, al este de Damasco, según confirmaron las Naciones Unidas y la Media Luna Roja Árabe Siria.
El convoy es el primero en entrar en Ghouta Oriental desde el 28 de noviembre, donde casi 400,000 civiles se encuentran bajo asedio, y viene tras meses de súplicas de las Naciones Unidas para que el gobierno de Assad permitiera el acceso y acordara un alto el fuego.
"El primer convoy interinstitucional @UN y @SYRedCrescent cruzó este año las líneas de conflicto con #Nashabieh en #EastGhouta para entregar suministros de alimentos, salud y nutrición a 7.200 personas en el enclave sitiado", tuiteó la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Jakob Kern, director nacional en Siria del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), dijo que habían podido proporcionar un mes de raciones de alimentos para más de 7.000 civiles.
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"Necesitamos muchos más convoyes como este. Los combates tienen que detenerse para entregar la ayuda a todos los civiles necesitados", dijo en un tweet.
Los convoyes de ayuda de la ONU que van a los puntos conflictivos de Siria normalmente están compuestos por muchos más camiones y suministros, y aún no está claro cómo se haría la distribución.
La semana pasada fue una de las más sangrientas en el conflicto, que dura ya casi siete años, cuando las fuerzas del gobierno sirio, respaldadas por Rusia e Irán, bombardearon dos de las últimas áreas rebeldes de Siria: Ghouta Oriental y la provincia de Idlib, en el noroeste del país.
Entre la ayuda humanitaria había alrededor de 1,8 toneladas de suministros médicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según dijo a las agencias su representante en Siria, Elizabeth Hoff.
Añadió que esto fue suficiente para proporcionar 10.000 tratamientos médicos, incluidos antibióticos, sesiones de diálisis, insulina, kits de traumatología y neumonía y camas de hospitales.
Hoff dijo que no había noticias entorno a los más de 700 pacientes que esperan la evacuación médica de Ghouta Oriental, para lo cual la agencia de salud de la ONU ha estado buscando la aprobación del gobierno durante meses.
Jan Egeland, asesor humanitario de la ONU, dijo el 1 de febrero a los periodistas que las agencias de ayuda no pudieron hacer entregas a los desesperados sirios durante los últimos dos meses debido a que el gobierno del presidente Bashar al-Assad había retenido la aprobación para los convoyes.
Acabando confirmando que los insurgentes también estaban poniendo obstáculos, lo que contribuyó a la peor hambruna desde la que se produjo en la ciudad de Madaya, sitiada por el gobierno, a finales de 2015.