La Conferencia de Seguridad de Múnich se ha convertido en una de las principales plataformas anuales para los líderes políticos mundiales. Desde su creación en 1964, la CSM ha ofrece un espacio para la discusión entre políticos sobre los problemas apremiantes del mundo en las esferas de la política, la defensa y la seguridad. Difiere del Foro Monetqrio Internacioanl (FMI), en que, como su nombre indica, tiene más relación con la economía global, incluidas las redes comerciales.
La Conferencia también celebra sesiones paralelas que reúnen a instituciones no gubernamentales, como grandes think tanks. Las discusiones de estas sesiones son clave para establecer la agenda de futuros debates políticos.
El Emir de Qatar, el jeque Tamim Bin Hamad Al-Thani, recibió el estatus VIP de la CSM y tuvo el honor de ser el primer jefe de Estado en dar un discurso en la conferencia de este año.
El Emir llegó al poder tras un traspaso sin precedentes de su padre, el jeque Hamad Bin-Khalifa Al-Thani, en 2013. Al jeque Hamad se atribuye la transformación política y económica de Qatar y la creación de la red de noticias Al-Jazeera. El discurso de su hijo en la CSM se refirió principalmente a las “tácticas de acoso” de los países que han impuesto el bloqueo sobre Qatar: Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Bahréin y Arabia Saudí. “Conservar la soberanía y la toma de decisiones independiente de países como Qatar genera un desarrollo acelerado”, dijo en la conferencia. “Desarrollos como la libertad mediática y la libertad de discurso, que los países que nos asedian insisten en que abandonemos.”
El bloqueo y las sanciones impuestas a Qatar por sus vecinos desde junio del pasado año ha obligado al gobierno en Doha a entablar nuevas alianzas en Europa. Desde que comenzó el bloqueo, los políticos qataríes, liderados por el ministro de Exteriores, Mohammed Bin Abdul Rahman, han participado en una ofensiva diplomática. Su contra-narrativa ha sido muy efectiva. Esto se vio fortalecido por su ambiciosa y pragmática política exterior, que enfatiza la defensa de la libertad de expresión en la región.
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Qatar también ha utilizado la diplomacia deportiva para abrir su sociedad al mundo, aumentando la eficacia de la narrativa oficial. El país ha albergado varios eventos deportivos internacionales, entre ellos el torneo de tenis de Qatar Total Open, que finalizó el lunes. Además, la celebración del Mundial de la FIFA en 2022 servirá como un impulso diplomático para el Estado.
Estos eventos han colocado a Qatar en una posición muy distinta en la política mundial. También han contribuido a ciertos desarrollos políticos y económicos positivos en el país. El desarrollo de la infraestructura a gran escala ha generado oportunidades de trabajo para miles de trabajadores extranjeros y qataríes, y ha inyectado una dosis de positividad en la economía. También ha permitido la auto regulación del gobierno en cuanto a la implementación de los derechos de los trabajadores; que aún son una rareza en la región. Puede que esto contribuya a transformar a Qatar en un modelo democrático para Oriente Medio y a atraer más apoyo europeo para el país.
Sin embargo, existe una gran complicación política que Qatar tendrá que superar a medida que siga atrincherándose en Europa; tendrá que democratizarse urgentemente. El gobierno del país también tendrá que encontrar la manera de vender su nueva trayectoria política a las bases de la sociedad. Por desgracia, aún hay una ausencia de mensajes políticos sumados al compromiso político limitado en los medios qataríes. Además, la sociedad es conservadora y muy escéptica con las ideas políticas “extranjeras.”
La democratización puede obligar a Qatar a extender la igualdad de derechos a todos sus ciudadanos. En este momento, los ciudadanos qataríes viven con evidentes privilegios respecto a los inmigrantes, y es difícil imaginar un Qatar en los que sus habitantes nativos se vean iguales a los extranjeros. Sin duda, la igualdad de derechos para los expatriados limitará el poder que los qataríes tienen sobre ellos. Para seguir los dictados de la democracia, Qatar tendría que permitir la presencia de instituciones humanitarias que supervisen la situación en el país. Estas posibilidades políticas podrían llevar a una fuerte reacción, ya que los sistemas de gobierno del país están sometidos a un intenso escrutinio nacional e internacional.
Como conclusión, está claro que el bloqueo saudí ha obligado a Qatar a buscar nuevos aliados más allá de Oriente Medio. Sin embargo, el país ha entrado en un nuevo territorio político en su intento de garantizar su supervivencia en medio de sus vecinos hostiles. Si bien puede argumentarse que las acciones del gobierno qatarí benefician los intereses de su pueblo, su política, que interpela a los europeos, podría ser contraproducente si no se ejecuta con cuidado. La sociedad conservadora de Qatar sigue considerando a los pueblos de la región como sus aliados antes que a los europeos. De hecho, muchos qataríes preferirían reconstruir los muros antes de construir unos nuevos. Mientras tanto, seguirá adelante la ofensiva liderada por el Emir de Qatar, impulsada en la Conferencia de Seguridad de Múnich.