Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el régimen sirio se está preparando para una ofensiva terrestre contra el asediado suburbio de Guta Oriental, en Damasco, después de días de intensos bombardeos.
Según los informes, el presidente Bashar Al-Assad ha estado enviando refuerzos al área desde principios de mes, antes de una posible ofensiva de tierra contra el último bastión de la oposición cerca de la capital.
"Los refuerzos están completos; el ataque solo está esperando la luz verde", dijo el domingo el jefe del Observatorio, Rami Abdel Rahman.
Más de 100 personas fueron asesinadas ayer en Guta después de un ataque intensificado del régimen y las fuerzas rusas. Unos 500 han resultado heridos en los últimos tres días con barrios civiles y hospitales afectados. La provincia también sufrió un ataque químico a finales del mes pasado.
Las fotos sobre el terreno muestran los cuerpos de decenas de civiles, y muchos activistas y periodistas escriben desde Twitter para crear conciencia sobre los bombardeos que se están llevando a cabo.
Las organizaciones de ayuda han advertido repetidamente sobre el desastre humanitario que se desarrolla en el enclave sitiado; la ONU ha pedido un alto el fuego inmediato y una tregua de un mes para permitir que se traslade a los pacientes y heridos.
Según los medios pro-régimen, las negociaciones entre las facciones de la oposición y el gobierno sirio están tratando actualmente sobre la evacuación del enclave de ciertos combatientes de la oposición, en un esfuerzo por evitar un ataque completo en la región.
La agencia de noticias siria Zaman Al-Wasl informa de que las brigadas desplegadas alrededor de la provincia dependen en gran medida del apoyo ruso, particularmente de la fuerza aérea rusa, en la medida en que el aeropuerto militar Al-Dumayr, desde donde se lanzan los ataques contra la provincia, está ahora bajo la influencia de Rusia.
Guta Oriental es una de las cuatro zonas de desescalada de la violencia establecidas en mayo pasado por Rusia, Irán y Turquía para frenar el derramamiento de sangre de la guerra de Siria, que dura ya más de seis años. Sin embargo, la región ha experimentado bombardeos casi constantes durante muchos meses, a pesar de que tales ataques están expresamente prohibidos por los términos del acuerdo.
La provincia también está sufriendo un endurecimiento del bloqueo impuesto desde 2013, después de que a principios de este año una ofensiva del régimen sirio cortara las rutas subterráneas de contrabando que anteriormente permitían a los civiles acceder a alimentos, combustible y medicinas. Se ha dejado a unos 400.000 civiles luchando por sobrevivir.
Tras un llamamiento de la ONU para que el régimen sirio permitiera que las 500 bajas médicas más severas se evacuasen de Guta, Al-Assad permitió a finales de diciembre a las agencias de ayuda transportar pacientes a Damasco. Sin embargo, las evacuaciones se consideraron completadas menos de una semana después, después de que solo 29 pacientes hubieran sido transferidos.
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