Los grupos paramilitares sirios que luchan junto al régimen se están disolviendo debido a la falta de financiación, según las agencias de noticias sirias.
El Observador Sirio informó de que miles de sirios que combaten junto a las milicias leales al presidente Bashar Al-Assad abandonaron sus grupos y se unieron a las fuerzas del régimen porque no les pagaban. Se cree que los miembros de los grupos de milicianos no han recibido sus salarios desde hace seis meses.
Una agencia de noticias siria independiente informó de que durante el fin de semana de que hasta a unos 10.000 combatientes no le han pagado durante al menos seis meses, y que en las últimas semanas aproximadamente la mitad de ellos se han unido al ejército del régimen.
Los informes mencionaban que la milicia de la Defensa Nacional que operaba en el campo oriental de Homs había sido disuelta, dejando un número muy pequeño de soldados estacionado en los puestos de control que rodean el área de Al-Houla y el área rural al norte de Homs.
Una fuente siria que monitorea el desarrollo del conflicto tuvo noticas de que un gran número de estos combatientes, que se habían unido al ejército sirio, estaban afiliados a los grupos de milicianos pertenecientes al empresario Rami Makhlouf.
Un disidente, ex miembro de la milicia de la Defensa Nacional dijo: "Perdí la visión y la mitad de mi audición combatiendo, mi brazo derecho fue amputado, mi cuerpo se astilló, luché en la mayoría de los frentes hasta que quedé paralizado, pero no recibí mi salario durante seis meses, y no hay ingresos para mí y mis hijos a excepción de un mísero salario ".
Un informe de la agencia de noticias siria Zaman Al Wasl afirma que el problema del pago a los grupos de milicianos se debió a una combinación de marcadas diferencias entre el líder y su fundador en Homs, así como al esperado final del conflicto que ha reducido los combates contra las fuerzas de la oposición, dejando sin misiones a los grupos de milicianos.
Se comenta que los leales al régimen ahora le exigen responsabilidad a los líderes de las milicias que presuntamente robaron millones de libras sirias, mientras que milicianos pagaban con sus vidas para defenderlos a ellos y al régimen de Assad.
Se cree que unos 5.400 soldados se unieron al ejército en los últimos dos meses, la mayoría de ellos provenientes de las fuerzas paramilitares del campo oriental de Homs. El gobierno sirio abrió oficinas en dos centros de Homs para atraer a los antiguos milicianos.
Citando al Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el informe afirma que desde el comienzo del conflicto en Siria, más de 119,000 fuerzas pro régimen han sido asesinadas, incluyendo 62,000 soldados, decenas de miles de milicianos leales y 1,556 combatientes de Hezbolá.
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