Una fuente de las fuerzas de seguridad libias desplegadas en el yacimiento petrolífero de Al Sharara, situado en el desierto de Marzouk (suroeste de Libia) ha informado de que la producción de crudo en el complejo que explota este yacimiento se ha detenido debido a un sabotaje.
La fuente ha explicado que individuos sin identificar cerraron una válvula del oleoducto principal por el que fluye el crudo. Este conducto une el campo de Al Sharara con el puerto de Al Zawaayya, situado en el norte de Libia. Y añadió que esta operación de sabotaje tuvo lugar en el área de Al Rayaniyya, cerca de la ciudad de Zintan. Pese a ello, la fuente, perteneciente al gobierno de unidad -GNA, por sus siglas en inglés-, aseguró que "la situación de seguridad dentro del campo es excelente, y no se dan fallos de seguridad".
A las 17:16h, ninguna organización había aún reivindicado esta acción de sabotaje, ni la Corporación Nacional de Petróleo de Libia, que gestiona el campo en colaboración con la empresa española "Repsol", había emitido ningún comunicado informando de este hecho.
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El campo de Al Sharara se volvió a poner en funcionamiento a finales de diciembre de 2016, después de dos años de cierre debido a los enfrentamientos armados entre las diferentes entidades armadas que se disputan el poder en Libia.
Este campo fue descubierto en 1980 y es el campo petrolífero más grande de Libia. Su producción, que alcanza los 340.000 barriles diarios, representa alrededor de un cuarto de la producción nacional.
El conflicto armado entre diversas partes armadas y zonas del país que lleva sufriendo Libia los últimos cinco años ha provocado una fuerte caída de las exportaciones de petróleo. También ha retrasado la puesta en marcha de diversos planes previstos para ampliar las infraestructuras y que la producción del país llegara a los 2.000.000 de barriles diarios en 2017.
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Desde el derrocamiento del régimen de Muammar Al-Gaddafi (1969-2011), este país rico en petróleo sufre la existencia de diversos conflictos armados, y una partición del país entre varias partes y gobiernos, que provocan inestabilidad política y problemas de seguridad.
Ahora mismo dos partes luchan por el poder en Libia: el Gobierno del Acuerdo Nacional, sito en la capital, Trípoli, al oeste del país, y el gobierno del general Khalifa Haftar, instalado en la ciudad de Tobruk, al este del país. Cada uno cuenta con apoyos de restos del antiguo sistema parlamentario y judicial libio, pero de facto el país se encuentra dividido en dos áreas en disputa por la legitimidad.