El servicio de guardacostas libio y un barco de ayuda humanitaria internacional recogieron a varios cientos de inmigrantes, el sábado, mientras los contrabandistas que trataban de aprovechar los mares en calma lanzaron una avalancha de barcos hacia Italia, según un informe de Reuters.
Los guardacostas libios interceptaron dos de los barcos de inmigrantes, el primero, un bote inflable que se había roto con 125 personas a bordo, de Zawiya, justo al oeste de la capital, Trípoli, declaró Ayoub Qassem, un portavoz de la guardia costera.
El segundo barco fue retirado de Garabulli, al este de Trípoli, y llevaba 112 personas a bordo.
Un barco con 110 inmigrantes a bordo llegó hasta un barco de rescate de Médicos Sin Fronteras (MSF), que operaba a unas 21 millas de la costa al oeste de Trípoli, que se estaba preparando para llevar a los inmigrantes a Italia.
Más de la mitad de los inmigrantes de ese barco eran nigerianos, y el resto de otros países del África subsahariana, así como dos palestinos.
Mientras tanto, los guardacostas de Zuwara, un antiguo centro de contrabando libio al oeste de Zawiya, declararon que habían frustrado una partida durante la noche y arrestaron a algunos inmigrantes, mientras que otros escaparon con contrabandistas.
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El guardacostas publicó fotos de inmigrantes africanos subsaharianos detenidos, mientras permanecían sentados en un bote inflable de goma, en la playa, en la oscuridad.
Libia es el principal punto de partida para los inmigrantes que intentan llegar a Europa por mar. Más de 600.000 migrantes han cruzado el Mediterráneo central hacia Italia. En los últimos cuatro años, los traficantes de personas han aprovechado la poca seguridad en Libia.
Desde el verano pasado, la tasa de partidas se redujo significativamente después de que los contrabandistas en la ciudad libia de Sabratha llegaran a un acuerdo con el gobierno de Trípoli, para detener sus actividades. Posteriormente fueron expulsados de la ciudad por grupos armados rivales.
La Guardia Costera de Libia, respaldada por la UE, también ha intensificado las interceptaciones, a menudo cortando barcos de inmigrantes antes de que pudieran llegar a barcos internacionales para llevarlos a Europa.
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