La ocupación de Palestina ha caído en un olvido universal. Sin embargo, pese a ello, aún hay palestinos que intentan defender su individualidad desafiando de formas creativas a la ocupación; por ejemplo, negándose a someterse a ella en impotencia o nihilismo. Personalmente, tuve la ocasión para afirmar el apoyo a los derechos humanos y la liberación de los palestinos en respuesta a la decisión de la Asociación de Psicoanálisis y Psicoterapia Relacional (IARPP) de celebrar su conferencia anual de 2019 en Israel; estaba entre aquellos que escribieron el borrador a los directores de la Asociación para pedirles que reconsideren la localización de la conferencia.
IARPP respondió negándose a reconsiderar la decisión: “Si escogemos la localización de nuestra conferencia juzgando las decisiones políticas del gobierno nacional, probablemente nos resulte difícil encontrar un lugar ideal que se adapte a las preferencias y los valores de todo el mundo.” Al tratar a Israel como cualquier otro gobierno controvertido, esta respuesta ignora el impacto de la ocupación en posible participación en la propia conferencia de palestinos. Al priorizar la conveniencia de la conferencia para los participantes israelíes por encima del derecho de médicos de cualquier otra parte a tener acceso a ella, los organizadores declararon, “extenderemos la invitación a nuestros compañeros palestinos, y trabajaremos para permitir que estén presentes. En lugar de excluir esos problemas y silenciar la conversación, pretendemos crear un espacio abierto y seguro dentro de nuestra conferencia psicoanalítica relacional en el que participantes de todo el espectro político puedan discutir e intercambiar opiniones.” Aparentemente, el trabajo sucio de enviar a los compañeros críticos con el gobierno israelí a los centros de detención de Israel e impedirles la entrada en el país se delega a las fuerzas de seguridad israelíes, que, de este modo, les niegan a los miembros internacionales de la IARPP la oportunidad de atender a la conferencia si se trata de activistas cuyo nombre esté dentro de una larga lista de organizaciones pacíficas, como Jewish Voice for Peace o el Comité de American Friends Service. Cuesta imaginar qué clase de “espacio seguro” puede crearse para el intercambio de diversos puntos de vista en esta conferencia.
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Esta falsa invitación pretende mostrar la inclusión de la IARPP y negar la culpabilidad por su sutil apoyo a la ocupación israelí de Palestina. La invitación también asume la superioridad de los compañeros israelíes, que están en la posición de “extender la invitación” a los habitantes del territorio oprimido. La promesa de los directores de la IARPP en Israel de “trabajar para permitir su presencia” implica que el gobierno israelí es más generoso y humano, y que los palestinos que rechacen esta gran oferta es una falta de gratitud. En varias comunicaciones, la directiva de la IARPP se apropiaron del lenguaje virtuoso del “diálogo”, el “tercero” y la “empatía”, al tiempo que afirmaban que los palestinos que rechazan su amable oferta se dedican al lenguaje reprensible de la “división” y la “no inclusión.”
Es probable que algunos palestinos acepten la invitación de los israelíes, agradecidos por poder asistir al hotel de la conferencia, con un acceso cercano al Mar Mediterráneo y un magnífico catering; seguramente sean los “palestinos buenos” los que acepten a los compañeros de la Psicología israelíes como sus “profesores” y no se opongan a ninguna de sus opiniones.
Mientras tanto, para inflar la aparente presencia palestina en las reuniones de los médicos, observo que los israelíes han invitado a farmacéuticos y dentistas a las reuniones profesionales. Es más que probable que muchos participantes palestinos de la conferencia de la IARPP queden tan impresionados con la teoría y la jerga de la psicología relacional que no se atreverán a presentar sus reflexiones sobre la verdadera experiencia palestina. Puede que incluso seamos testigo del nombramiento de un acompañante palestino adecuadamente subordinado para lidiar con la posible aparición de un auténtico discurso palestino y para garantizar que los participantes palestinos domesticados desconfíen de su propia experiencia y se avergüencen de ella. Se puede anticipar una mención a supuestos temas palestinos, como el problema de “palestinos torturados por otros palestinos” o “la opresión de las mujeres bajo el patriarcado palestino” en este evento, dejando poco espacio para discutir o analizar la tortura que perpetran los israelíes contra los palestinos y la opresión general que sufre Palestina bajo la ocupación.
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Al tiempo que aseguran la docilidad de los palestinos, los israelíes siguen siendo intimidados por las voces críticas de entre los ciudadanos judíos israelíes y, además, los judíos extranjeros. Esta es otra de las tácticas utilizadas para silenciar la oposición a la ocupación.
Mediante estas técnicas, la pretensión israelí de diálogo sigue siendo un monólogo. La única voz que tiene permitido hablar es la de la opinión predominante israelí, que, a lo sumo, critica la visión oficial del gobierno sobre sus excesos. Los “otros” quedan intimidados e inseguros; lo único que se les permite es aprobar la versión asintiendo débilmente con la cabeza. Quien no aprueba la versión israelí puede ser sujeto de espionaje, tergiversación e incitación a la multitud derechista a demostrar las temidas consecuencias de ir en contra del gobierno. De este modo, el resto también queda intimidado y se silencia.
“En un sentido estricto, no somos una organización política”, afirma la directiva de la IARPP, dándoles el lujo de distanciar su experiencia psicológica de la ocupación mientras que, al mismo tiempo, se aprovechan de los privilegios de la ocupación. Para los palestinos, no existe tal lujo; la ocupación nos priva de nuestros seres queridos, nos espía, nos arranca la ropa, nos roba años de vida, nos priva de salud y nos provoca constante dolor y humillación; en todos los sentidos, es algo muy personal y psicológico. Sólo quienes se ponen de parte de los poderosos quieren ignorar la relación dialéctica entre lo psicológico y lo político.
La IAARP pierde una oportunidad única para responder a quienes piden un espacio verdaderamente seguro para los palestinos y sus partidarios. Ya hemos tenido bastantes monólogos israelíes con los “otros” palestinos, que no son más que objetos decorativos. Necesitamos unas condiciones en las que los palestinos puedan demostrar y compartir sus verdaderas visiones. Sólo entonces se podrá establecer una confianza; sólo entonces se podrán comprender nuestras verdaderas relaciones y motivaciones. En ese espacio seguros, todos podemos contribuir a la transformación política y psicológica para llegar a una emancipación y humanización mutua tanto para israelíes como palestinos.