Un detective de la policía israelí "ha sido acusado de golpear a un menor palestino con la intención de que confesase haber arrojado piedras a coches conducidos por israelíes", informó Haaretz.
El periódico señaló que "a pesar de la gravedad de la ofensa, el departamento del Ministerio de Justicia para la investigación de agentes de policía acusó al detective de un delito de asalto a un menor", es decir, asalto simple, que conlleva una pena máxima de dos años de prisión.
El detective "podría haber sido acusado de una serie de delitos más graves, incluido el asalto agravado, que podrían tener como resultado una pena de prisión de tres o cuatro años". No ha sido suspendido del servicio activo.
La única razón por la cual el asalto salió a la luz es que "se encontró una grabación de voz de la entrevista bajo coacción, en los archivos de casos policiales, entregados al abogado del sospechoso", una grabación "supuestamente accidental", afirmó Haaretz.
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"En la grabación, se escucha cómo el detective Yehuda Gigi golpea al palestino, de alrededor de 17 años", lo que llevó a la "queja a la unidad del ministerio para que se investigue el caso".
Como resultado del abuso, el joven palestino dio al detective de policía la confesión que quería.
"Confesé porque él me golpeó", declaró el adolescente a su abogado, después de que le preguntara al respecto una vez escuchó la grabación. El joven fue condenado por un tribunal militar a diez meses de prisión.
El asalto tuvo lugar en noviembre de 2016, cuando el adolescente y su primo, que provienen de Salfit cerca del asentamiento de Ariel, acusados de arrojar piedras a vehículos de colonos.