Cientos de solicitantes de asilo africanos, han sido encarcelados por negarse a ser deportados por Israel. Deberán permanecer en prisión hasta que el gobierno responda a una petición que impugna su expulsión a un tercer país. El Tribunal Superior de Israel decidió por tercera vez otorgar al gobierno una extensión del límite de tiempo para responder a una petición que impugna la deportación, que está prevista para este viernes.
Se estima que 38.000 solicitantes de asilo podrían verse afectados por el plan de deportación, que ha sido denunciado por grupos de derechos humanos con los apelativos de "cruel y equivocado". El gobierno israelí dio a los solicitantes de asilo tres meses para abandonar el país. Si se niegan a irse, se enfrentarán a un encarcelamiento indefinido.
Los abogados que actúan por los aproximadamente 300 solicitantes de asilo encarcelados actualmente, por negarse a la "deportación voluntaria" a Ruanda o Uganda, expresaron su profunda preocupación. "Es inconcebible que el pueblo judío celebre la Pascua mientras cientos de solicitantes de asilo esperan en prisión hasta que el estado tenga la amabilidad de presentar su respuesta actualizada ante el tribunal", escribió el abogado Eitay Mack en respuesta a la solicitud del gobierno israelí de otro retraso en el caso.
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Los demandantes han planteado serias dudas sobre el acuerdo secreto del gobierno con un tercer país, que Israel se niega a revelar, pero se cree que es Ruanda o Uganda. Sin embargo, ambos países niegan que se haya llegado a un acuerdo. Las peticiones, presentadas por los abogados Avigdor Feldman y Mack, señalaron que tanto Ruanda como Uganda se han negado a aceptar solicitantes de asilo deportados de Israel en contra de su voluntad.
Amnistía también ha hecho un llamamiento al gobierno israelí por su política inhumana. "Deportar a los solicitantes de asilo africanos a dos países africanos sin nombre es una abdicación de su responsabilidad hacia los refugiados y un ejemplo de las medidas políticas viciosas que alimentan la crisis mundial de refugiados", explicó la organización de derechos humanos.
La difícil situación de los migrantes africanos en Israel, dicen los críticos, destaca el racismo institucional dentro del país. Un informe mostró que Israel ha reconocido solamente a un ciudadano sudanés y 11 eritreos como refugiados. En marcado contraste, el 94,1% de los solicitantes de asilo eritreos son reconocidos como refugiados en Europa. "La baja tasa de reconocimiento de Israel no tiene paralelo en casi ningún otro país con un régimen de asilo en funcionamiento", concluyeron los autores del informe.
La hostilidad de Israel hacia los solicitantes es peor especialmente desde principios de este mes, cuando el primer ministro Benjamin Netanyahu sugirió que los inmigrantes no judíos son una amenaza mayor que los terroristas.