Taher al Masri, ex primer ministro jordano, ha dicho que Jerusalén supone el espíritu de la causa palestina y parte indisoluble de la identidad nacional y religiosa, y debe tener ser tratado con mucha delicadeza por parte del estado.
Al Masri señaló durante una conferencia celebrada el jueves en la sede del Centro Palestino para Políticas y Estudios Estratégicos en Al Bireh que Jerusalén se encuentra en una situación de creciente amenaza, particularmente en vista de los proyectos de Israel de completar su judaización y su ocupación, así como debido a los intentos de excavar en los cimientos de Al Aqsa.
También llamó a la firmeza del pueblo palestino y su unidad, así como que se aferre a su identidad y a elementos de su fuerza, "especialmente en vista de un posible retroceso de la cuestión palestina a medida que pasa el tiempo, en tanto que se aprecia un retroceso de la posición árabe".
También llamó a Egipto a "hacer todos los esfuerzos posibles para terminar con la división y lograr la reconciliación palestina y a que las partes hagan concesiones mutuas para lograr la unidad nacional".
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Además expresó su temor por la situación de separación y alejamiento entre Cisjordania y la Franja de Gaza, y explicó que muchos de los movimientos más positivos que han existido en pro de la causa palestina lo han sido por enfrentarse a esta división paralizante.
Y señaló la importancia de apoyar a la población palestina de la Franja de Gaza y su interés personal en esta tarea como director de la Organización Árabe Internacional para la Reconstrucción de Gaza, que ha proporcionado decenas de millones de dólares en ayuda al sector.
El alto funcionario jordano también ha elogiado las “Marchas del Retorno”, pidiendo que estas no se limiten a Gaza, sino que incluyan a diversas agrupaciones y movimientos del pueblo palestino.
Y agregó: "Las circunstancias ahora en Jordania son difíciles y delicadas, por lo que se obra con gran precaución a la hora de organizar movilizaciones, debido a la creciente presión que está sufriendo este país".
También subrayó la importancia de "no reducir la consciencia sobre el riesgo de la migración de población palestina a Jordania, Siria e Iraq por causa de las políticas israelíes bajo el epígrafe de “la casa común”".
E incidió en "la dificultad de adoptar una posición correcta respecto al llamado acuerdo del siglo, incluida la negativa a volver a la anterior fórmula de negociación bajo el tutelaje de Estados Unidos".
Y también ha señalado la necesidad de "revisar los criterios y políticas de la pasada fase del conflicto, salirse del guión y adoptar un nuevo enfoque basado en el estudio de varios escenarios y las opciones palestinas más viables".
En cuanto a las opciones palestinas que son más factibles, señaló que, a su parecer, “estas incluirían una disolución de la autoridad o una renuncia de su presidente, dando prioridad a la confrontación política con la administración estadounidense o con Israel y sus planes, o con ambos”.